Antropología filosófica: Cassirer
Lección 2
- Pregunta guía:
- ¿Qué nos dice Ernst Cassirer sobre la Antropología filosófica y sobre el hombre en su libro Antropología filosófica?
- Procedimiento para el aprendizaje:
a) Leer la primera parte del libro Antropología filosófica de Cassirer (capítulos I al V).
b) Identificar los conceptos clave de la lectura.
c) Realizar un resumen por escrito de la lectura.
d) Expresar mediante un ensayo los temas que se tratan en la lectura, con la pregunta guía como eje del ensayo y buscando que la conclusión del trabajo de respuesta a dicha pregunta.
- Producto:
Elaborar un ensayo académico sobre la lectura.
Antropología filosófica: Consideraciones
En la primera parte de su libro Ernst Cassirer hace una pequeña semblanza de lo que es y ha sido la antropología filosófica. Comienza por sostener que la ciencia antropológica se ha visto dividida tradicionalmente en tres vertientes, muy desligadas unas de otras, a saber; una antropología científica, una de corte teológico y una eminentemente filosófica. Es comprensible la preocupación del autor al advertir que mientras estas tres visiones del hombre vayan por caminos distintos y excluyéndose mutuamente, muy poco avanzaremos en la cuestión que por tantos siglos nos ha intrigado: ¿Qué es el hombre?
El veredicto de nuestro autor es categórico: “No poseemos una idea clara y consistente del hombre”. Esto se debe a que las distintas disciplinas enfocadas en el hombre han procurado ensombrecer y desarticular en lugar de dar claridad y puntos de unión con respecto a lo humano. Fue hasta hace muy poco que realmente se ha buscado integrar el conocimiento sobre el hombre, a fin de crear un mayor bagaje de marcos teóricos y conceptuales que respondan a las incógnitas que aun encierra este “animal racional” que somos.
A través de las páginas de su libro, Cassirer, nos remonta al pasado para mostrarnos como los primeros grandes pensadores ya hacían antropología, dado que al meditar sobre el universo ellos indudablemente hacían profundos estudios sobre la humanidad. El origen del cosmos estaba enteramente ligado al origen del hombre, no se podía hacer una investigación sobre el hombre sin adentrarse en los misterios del universo, dado que para la filosofía antigua las categorías hombre-universo estaban íntimamente relacionadas.
- Actividades de refuerzo:
a) Según el autor, la ciencia antropológica ha sido dividida tradicionalmente en tres vertientes, ¿cuáles son estas vertientes?
b) Explique con sus propias palabras lo que el autor quiere decir con la frase: “No poseemos una idea clara y consistente del hombre”.
Antropología filosófica: A través de la historia de la filosofía
Como es de esperarse la duda antropológica inicia desde la filosofía, con Sócrates quien se aventuró a dilucidar al ser humano. Este máxime pensador logró comprender que solamente en el trato con el hombre es que podemos llegar a conocer su carácter; “no se puede entrar en el secreto de la naturaleza sin haber estudiado antes el secreto del hombre” dice Cassirer, parafraseando al filósofo, y resulta tan clara esta afirmación que aun hoy en día podemos precisar que no podemos conocer el misterio que se enraíza en nuestras sociedades o en nuestras culturas sin antes conocer lo que es el hombre.
El siguiente paso en el devenir antropológico nos adentra en otra corriente de pensamiento filosófico; el Estoicismo, que se debate entre el equilibrio del universo y del hombre. De acuerdo a los filósofos de esta etapa, nada puede alterar el equilibrio perfecto entre la creación y la humanidad.
El estoicismo, en contra parte con las tesis de los primeros filósofos griegos, promulgaba un movimiento “antropológico” más optimista pero centrado en la razón. Para estos pensadores el hombre estaba en el centro del universo y en ese “centro” se encuentra en un eterno equilibrio, advirtiendo que el ser humano solamente será libre e independiente mediante la razón.
Con el paso del tiempo la idea estoica sobre el hombre sería rechazada por la Filosofía medieval (siguiente paso histórico en nuestro recuento antropológico), dado a que bajo el pensamiento cristiano el hombre adquirió la característica de un ser eminentemente divino pero rodeado de pecado, cuyo único objeto de existencia en este mundo material era recuperar su “gracia” perdida. La visión antropológica cristiana del medievo deífico la existencia humana pero al mismo tiempo la hizo presa de sí misma, pues las virtudes más trascendentales en la humanidad resultaron ser también las que podrían condenar lo primordial en el hombre; su alma. Para la filosofía cristiana el hombre se podía definir como un ser de luz pero a la vez como un ser de gran oscuridad.
Cassirer, en su recuento histórico sobre la duda antropológica, llega a un punto donde considera que el adelanto en las observaciones empíricas removieron las barreras artificiales entre la naturaleza y el hombre. Barreras que se impusieron, según podemos constatar, bajo un enfoque filosófico en el que la humanidad era vista como una criatura epicentrica de toda la creación.
Es entonces que aparece René Descartes, con su duda metódica, encerrando al hombre en los límites de su propia conciencia desde donde se comienza a categorizar todo nuestro universo conocible. Con esta acción es con la que los filósofos creen encontrar una llave para todas sus incógnitas, la matemática.
El punto de unión entre el hombre y la naturaleza se volvió más intenso por las explicaciones que la matemática y las ciencias nos proporcionaron, pero estas no sólo intentaron explicar al mundo físico sino también al mundo cultural; volviéndose la contención de todas las cosas, así como en el pasado ese lugar había sido ocupado por la metafísica y la religión.
A pesar de ello, el hombre jamás se ha sentido conforme con las definiciones que sobre sí mismo ha hecho y por esta razón, advierte Cassirer, no se estancó en la eterna duda del “pienso luego existo” sino que proliferó en su ejercicio de autodescripción, del cual surgieron intelectuales con antropologías diversas y acordes a los nuevos tiempos. De entre estos pensadores podemos mencionar a Friedrich Nietzsche, quien proclama la voluntad de poderío como la fuerza primordial en el ser humano, aquella que nos vuelve lo que somos, la que nos hace trascender al mundo físico; aparece también Sigmund Freud, quien hace señalamientos sobre el hombre (desafiando el pensamiento de su época) y advierte que el hombre esta inminentemente constituido por instintos, el más importante de todo ellos el instinto sexual; por último cabe citar a Karl Marx quien en un contexto muy diferente considera que es el instinto económico lo que nos da verdaderamente nuestra cualidad como seres humanos.
Después de esta breve descripción del fenómeno humano, a través del pensamiento filosófico de varios siglos, llegamos (junto con el autor) a la idea de que la metafísica, la teología, la matemática y la biología fueron adquiriendo la guía del pensamiento en cuanto al problema del hombre, el gran conflicto apareció en el momento en que dejó de existir una guía rectora sobre este eterno problema, sin esa orientación el conocimiento sobre el hombre se dispersó.
Quizás en virtud de esa sensación de carencia de guía, es que Cassirer va más allá de hacer un recuento sobre lo que se ha dicho en torno al problema y llega a proponer una nueva guía rectora de significado para la duda sobre el hombre, señalando una de las cualidades más importantes que la humanidad ha poseído y posee, una cualidad que el autor concibe correctamente como; “la capacidad de darse cuenta de lo que se es y de lo que se puede llegar a ser” es decir la característica intrínsecamente humana de crear símbolos.
- Actividades de refuerzo:
1) Seleccione la respuesta correcta para cada una de las siguientes preguntas:
I) Consideraba la voluntad de poderío como la fuerza primordial en el ser humano.
a) Sigmud Freud
b) Sócrates
c) Friedrich Nietzsche
II) Creía que no se puede entender el secreto de la naturaleza sin antes haber estudiado el secreto del hombre.
a) Sigmud Freud
b) Sócrates
c) Friedrich Nietzsche
III) Afirma que la principal característica humana es la de crear símbolos.
a) Karl Marx
b) René Descartes
c) Ernst Cassirer
Antropología filosófica: "Animal simbólico"
La capacidad de crear símbolos ha permitido que nos adaptemos a nuestro ambiente y ha marcado una diferencia importantísima entre el mundo material, separándonos de las reacciones meramente orgánicas.
Para Cassirer el hombre ya no puede vivir de cara a su realidad, necesita de símbolos que le arropen y le den fuerza para enfrentarse a su compleja y problemática existencia. Al haber sido apartado del mundo sensible el hombre creó un sistema (quizás a manera de mecanismo de defensa) para enfrentarse a un mundo ante el que se percibe como algo más que un mero organismo, una criatura que puede cambiar la existencia entera y que es consciente de ello.
Conforme avanza en sus hipótesis, el autor da un salto cualitativo al definir al hombre y lo hace con dos sencillas palabras: animal simbólico.
Según nuestro autor, todo el proceso de la cultura se encuentra cimentado en el pensamiento simbólico de que esta provisto el hombre, por ello es enfático al diferenciar que es un símbolo y que no lo es; concibe a los símbolos como “designadores” de sentido. Con lo que se abre un universo de posibilidades para el simbolismo, llegando incluso a darle sentido a la desafiante psique humana.
Es por ello que sin el simbolismo, advierte Cassirer, el hombre se vería confinado meramente a necesidades biológicas y a intereses meramente pragmáticos, pues el mundo ideal de la religión, las artes, la filosofía y las ciencias se han abierto ante nuestros ojos por la capacidad simbólica que hemos desarrollado.
El simbolismo humano posee cualidades tan interesantes como; la universalidad, donde cada cosa tendrá un único nombre; al mismo tiempo los símbolos son extensamente variables, ya que el símbolo no esta limitado a las barreras idiomáticas y los que llegan a estar circunscritos a un idioma pueden ser expresados con una gran infinidad de términos.
Cassirer advierte que podemos decir que el hecho humano del “tiempo” y el “espacio” trascurren en niveles diferentes; un nivel organístico y uno de naturaleza simbólica. El autor parafrasea a Kant para señalar que el tiempo es una vivencia interna del ser humano mientras que el espacio es nuestra experiencia externa del mundo que nos rodea.
Entonces podemos captar que el simbolismo se desenvuelve en el tiempo pensado como; pasado, presente y futuro. Es precisamente nuestra capacidad simbólica la que nos arrastra en ese mundo de imágenes de añoranza, nostalgia y melancolía por lo que fue o será.
El tiempo y el espacio simbolizados son sin duda lo que ha permitido la existencia, avance y permanencia de las culturas, pues solamente buscando dejar huella en el tiempo (a través de nuestro pasado o de un futuro indeterminado) y en el espacio es como podemos entender la creación, casi innata, de las culturas.
Podemos pues afirmar junto con nuestro autor que: “El conocimiento humano es, por su verdadera naturaleza, simbólico”. Por ello es que Cassirer se atreve a afirmar que al hombre se le debe estudiar no en su vida individual sino en su vida social, ir más allá de ese texto complejo que representa “el hombre” y que según los antiguos sólo podía llegar a ser comprendido mediante la filosofía. Pero antes de eso debemos corregir nuestro método de estudio sobre la humanidad, pues aunque subjetivo este no debe ser nunca individual, tal como lo sostenía el padre de la sociología Auguste Comte, al precisar que el hombre no explica a la humanidad sino es esta misma la que debe explicar al hombre.
- Actividades de refuerzo:
a) Explique con sus propias palabras por que el autor define al hombre como un “animal simbólico”.
b) De acuerdo a lo leído, explique con sus propias palabras como concibe Cassirer un “símbolo”.
c) Según las ideas del autor, ¿qué es lo que ha permitido la existencia, avance y permanencia de las culturas?
Conclusión
Podemos cerrar nuestras consideraciones sobre esta lectura sosteniendo, tal como lo han hecho los filósofos modernos, que al acércanos al mundo humano (la sociedad y/o la cultura) resulta que las matemáticas o la biología realmente se vuelven ineficientes para tratar de comprender cabalmente el carácter simbólico de cada una de las manifestaciones de este mundo.
Es por ello que Ernst Cassirer afirma que para poder hablar de una verdadera antropología filosófica esta nos debe proporcionar una visión estructural de cada una de las actividades netamente humanas y para poder hablar de una antropología es menester que esta abarcase en sus dominios de estudio a cada una de las actividades que el ser humano desarrolla; tanto en el espacio simbólico como en el físico (que siempre será creado a partir del primero).
Referencias
- Cassirer E., 1945, Antropología filosófica, México: UNAM
- Guajardo G., Serrano F.J., 2001, Guía técnica para elaborar un ensayo, Querétaro: Facultad de Filosofía, UAQ.
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