La nueva comunicación

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La nueva comunicación

Título La nueva comunicación
Autor Winkin
Año

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Su obra pretende ser una introducción a autores tales como: Bateson, Goffman, Hall, Watzlawick y algunos más, bajo una triple forma y con un doble punto de vista.

Cada una de estas partes responde a la idea de que los autores estudiados comparten, por un lado, un mismo modelo de intercomunicación personal y, por otro, se insertan en una red de amistades comunes.

Este modelo de comunicación se funda en la metáfora de la orquesta, donde la comunicación se concibe como un sistema de canales múltiples en el que el autor social participa en todo momento, tanto si lo desea como si no, mediante sus gestos, mirada, silencio e incluso su ausencia. En su calidad de miembro de cierta cultura, forma parte de la comunicación, como el músico forma parte de la orquesta. Pero en esta vasta orquesta cultural no hay director ni partitura. Cada uno toca poniéndose de acuerdo con el otro. Sólo un observador exterior, es decir, un investigador de la comunicación, puede elaborar progresivamente una partitura escrita, que sin duda se revelará altamente compleja.

1. El telégrafo y la orquesta[editar]

“Comunicar” y “comunicación” aparecen en la lengua francesa en la segunda mitad del siglo XIV. El sentido básico: “participar en”, esta “participación en común” parece comprender incluso la unión de los cuerpos de acuerdo a Godefory.

A partir de este sentido general de “participación de dos cuerpos o más”, en el siglo XVI aparece el sentido de “practicar” una noticia. Desde entonces hasta fines de siglo, “comunicar” comienza a significar también “transmitir”. En el sigo XVIII aparecen los “tubos comunicantes”. Así pues, parece que los usos pasan progresivamente a un lugar de usos centrados alrededor de “transmitir”. Del círculo se pasa al segmento. Trenes, teléfonos, periódicos, radio y televisión se convierten sucesivamente en “medios de comunicación”, es decir, medios para pasar de A a B. Este sentido de transmisión es el que predomina en todas las acepciones francesas contemporáneas.

En el siglo XV la palabra aparece en la lengua inglesa. El término es casi sinónimo de communion y significa el acto de compartir, de participar en común.

En el primer tercio del siglo XIX, en EEUU, y hacia 1950 en Gran Bretaña, el término comienza a designar a las industrias de la prensa, el cine, radio y la televisión.

El suplemento de 1970 del Grand Robert añade una nueva definición a las cuatro ya establecidas. Después de la “1. Acción de comunicar algo a alguien”, “2. La cosa que se comunica”, “3. Acción de comunicarse con alguien” y “4. Paso de un lugar a otro”, el Grand Robert añade “5.C. Toda relación dinámica que interviene en un funcionamiento. Teoría de las comunicaciones y de la regulación. V. Cibernética. Información y comunicación”.

Aquí comienza el análisis de Winkin donde: “comunicación entra en el vocabulario científico”. En 1948 Wiener pensó una ciencia que estudiara el “control y la comunicación en el animal y la maquina”. El proyecto de la cibernética era más una forma de reflexionar que una teoría articulada y detallada: todo “efecto” retroactúa sobre su causa, todo proceso debe estar concebido según un esquema circular. Claude Shannon elabora una “teoría matemática de la comunicación”. Este modelo de comunicación es puramente lineal y se opone netamente al modelo circular (retroactivo) de Wiener. La teoría matemática que propuso Shannon es una teoría de la transmisión. Comunicación se entiende en el sentido que prevalece desde el siglo XVIII.

Shannon propone un esquema del “sistema general de comunicación, donde la clave en dicha teoría es el concepto de “información”. Se trata de una magnitud estadística abstracta que califica el mensaje independientemente de su significación. Tanto los trabajos de Shannon como los de Wiener tuvieron una enorme resonancia a principios de los años cincuenta. La nueva definición de la comunicación que presenta el Grand Robert en 1970, muy próxima a la de la retroacción (feedback) muestra como los conceptos de la cibernética se han insertado con calma en las adquisiciones del conocimiento científico contemporáneo. Podemos señalar la analogía entre el esquema de Shannon y el modelo de la comunicación verbal que R. Jakobson propuso en 1960.

CONTEXTO EMISOR……………MENSAJE…….DESTINATARIO

CONTACTO CÓDIGO[editar]

Este esquema se ha convertido en el modelo de comunicación en ciencias sociales, tanto en EEUU como en Europa. Desde luego, son muy numerosas las críticas y las modificaciones sufridas, pero no se ha salido de la pareja emisor-receptor.

En los años cincuenta un grupo de investigadores de diferentes disciplinas tratan de partir de cero en el estudio del fenómeno de comunicación interpersonal aun considerando la teoría de Shannon y su modelo telegráfico.

El antropólogo Gregory Bateson junto con un grupo de psiquiatras, intentan formular una teoría general de la comunicación. Ray Birdwhistell y Edward Hall son dos antropólogos con un considerable bagaje de conocimientos lingüísticos que intentan extender el dominio tradicional de la comunicación introduciendo en él la gestualidad (kinésica) y el espacio interpersonal (proxémica).

A este grupo de investigadores junto con otros más, Winkin los relaciona en una red intelectual que denomina Universidad Invisible (de ahora en más UI). Los miembros de esta universidad, no se han reunido en realidad, más que de forma accidental en el curso de algún coloquio. Pero cada uno sabe lo que hace el otro mucho antes de que se publiquen sus trabajos respectivos. Según estos investigadores, la comunicación debe estudiarse en las ciencias humanas según un modelo que la sea propio: la comunicación entre dos individuos es un acto verbal consciente y voluntario.

Para los miembros de la UI, la investigación de la comunicación entre los hombres sólo comienza a partir del momento en que se formula la pregunta: ¿Cuáles son, entre los millares de comportamientos corporales posibles, los que retiene la cultura para constituir conjuntos significativos?

Plantear esta cuestión de una selección y una organización de los comportamientos entraña la adhesión a un postulado: la existencia de “códigos” (entendido como cuerpo de reglas), del comportamiento personal e interpersonal, regularían su apropiación en el contexto y, por lo mismo, su significación. Todo hombre viviría necesariamente (si bien de manera inconsciente) en y por los códigos, ya que todo comportamiento supone su uso. Los investigadores que reaccionaban contra el modelo verbal, voluntario y consciente de la comunicación, llamaran precisamente comunicación a toda utilización de esos códigos. En consecuencia, “no es posible dejar de comunicarse”. Este es uno de los axiomas fundamentales de la UI: Watzlawick, Beavin, Jackson. La analogía con el lenguaje puede hacer comprender esta posición aparentemente paradójica: desde que un individuo abre la boca y le habla a otro, utiliza una multitud de reglas: como las de formación de lenguaje, el tema abordado, tiempos de habla acordados a cada interlocutor, etc. El conjunto del sistema de comportamiento, en el que la palabra no es más que un subsistema, puede considerarse entonces en la misma perspectiva. La comunicación es entonces, un proceso social permanente que integra múltiples modos de comportamiento: la palabra, el gesto, la mirada, etc. No hay oposición entre comunicación verbal y no verbal sino que la comunicación es todo integrado.

Birdwhistell sostiene que los “mensajes” carecen de un significado intrínseco y que sólo en el contexto del conjunto de los modos de comunicación, relacionados a su vez, con el contexto de interacción, puede adquirir sentido el significado. Birdwhistell y Scheflen proponen así un análisis de contexto por oposición al análisis de contenido que favorece el modelo de Shannon. Es preciso concebir la investigación de la comunicación en términos de niveles de complejidad, de contextos múltiples y de sistemas circulares, que en este sentido, se relacionan con la cibernética de Wiener, que según ellos no debe dejarse a los ingenieros contrariamente a la teoría de Shannon. En varios miembros de la UI hallaremos el desarrollo de una analogía entre la comunicación y una orquesta. La analogía de la orquesta tiene la finalidad de hacer comprender cómo puede decirse que cada individuo participa en la comunicación, en vez de decir que constituye el origen o el fin de la misma. La imagen de la partitura invisible recuerda más precisamente el postulado fundamental de una gramática del comportamiento que cada uno utiliza en sus intercambios más diversos con el otro. En este sentido, se podría establecer una oposición entre el modelo orquestal de la comunicación, por oposición, al modelo telegráfico. El modelo orquestal retoma el concepto de comunicación como la puesta en común, la participación, la communion.

2.UNA UNIVERSIDAD INVISIBLE (UI) PALO ALTO[editar]

En 1959, Don Jackson funda en Palo Alto el Mental Research Institute, al que Paul Watzlawick llega en 1962. De Cambridge a Palo Alto: Gregory Bateson

Bateson adquiere una formación de zoólogo y en 1925, decide abandonar las ciencias naturales e iniciar un tercer ciclo de antropología. En 1927 parte hacia Nueva Guinea, donde convive con varias tribus y acumula una suficiente cantidad de datos para redactar, a su regreso de Cambridge en 1930, una tesis sobre los Iatmul. En 1932, regresa al río Sepik y se encuentra con la pareja de antropólogos M. Mead y R. Fortune que trabajaban en la misma región. Los tres investigadores deciden trabajar en colaboración. Para Bateson, esta visita de Mead se revela capital. La antropóloga norteamericana le aporta la seguridad metodológica que le falta a su trabajo mientras que Bateson aporta a Mead su soltura teórica y epistemológica desconocida por los antropólogos ya formados en EEUU.

A fines de 1935, Bateson ha concluido el manuscrito de su libro Naven el cual muestra en qué y cómo pensará a lo largo de su vida, se trata de construir una teoría de la cultura que rebase de lejos el marco de la sociedad estudiada. El concepto de “cismogénesis”: Bateson entiende el estudio de la génesis de un cisma en el seno de un sistema social. Distingue una cismogénesis “simétrica”, en la que los interactuantes responden a la dádiva por la dádiva (potlach), a la violencia por la violencia, etc. de una cismogénesis “complementaria”, en la que los asociados se hunden cada vez más en los papeles del tipo de dominación/sumisión o exhibicionismo/voyeurismo. En uno y otro caso, la exacerbación de los comportamientos inscritos en esos movimientos en espiral puede conducir a desequilibrar e invertir el sistema social. Ahora bien, esta hipótesis es contraria a las costumbres intelectuales de la época, y por varias razones. En primer lugar, se trata de una hipótesis, es decir, de una construcción intelectual. Los datos etnográficos se consideran como materiales ilustrativos, no como los jueces de un “tribunal de los hechos”. Que los hechos contradigan la elaboración teórica, importa poco, en definitiva, a Bateson. En segundo lugar, el concepto de cismogénesis efectúa un vaivén permanente entre el individuo y la sociedad. Un proceso de interacción entre individuos se considera como un factor de desequilibrio en la sociedad entera.

Finalmente, su reflexión de los procesos de equilibrio y desequilibrio, de los fenómenos circulares, de las posibilidades de crisis y de estallidos, que prefigura las formas de cibernética, no puede convenir al funcionalismo estático, equilibrado y armonioso que reina entonces. A Photographic Analysis aparece en 1942 donde Mead y Bateson tratan de delimitar el problema de la incorporación de la cultura. ¿Cómo aprende el niño a convertirse en un miembro de su cultura al comer, andar, jugar, bailar y dormir? De modo más concreto, Mead busca, bajo la influencia de las teorías psicoanalíticas de Erikson, el origen del temperamento balinés en las relaciones entre padres e hijos. Bateson postula la hipótesis del doble vínculo la consistirá en ver el origen de la esquizofrenia infantil en una red de relaciones contradictorias entre la madre y el hijo.

Sin embargo, Bateson en lo sucesivo preferirá trabajar sobre “observaciones que no presentan ningún valor definitivo y que pueden abandonarse una vez que ha finalizado el razonamiento que se quería desarrollar. En 1942, Bateson asiste a Nueva York a un coloquio y por primera vez oye hablar del feedback. En efecto, en Naven, Bateson había descrito bajo el término “cismogénesis” (complementario y simétrico) las condiciones de probabilidades de estallido de un sistema social. Sin utilizar el término, también había puesto al descubierto el mecanismo del feedback positivo, el que refuerza el sistema en su escalada hacia la destrucción total. Para explicar la estabilidad de un sistema social, Bateson había propuesto un acoplamiento de los dos tipos de cismogénesis. La idea de feedback negativo permitía una conceptualización a la vez más simple y más general: por autocorrecciones sucesivas, el sistema es capaz de regresar a la estabilidad. En 1948 Bateson abandona el mundo de la antropología para entrar en el de la psiquiatría, que no abandonará hasta principios de los años sesenta. Su objetivo no es una mejora de los métodos terapéuticos sino una teoría general de la comunicación derivada de las ideas de la cibernética. En colaboración con Ruesch, escribe un libro: Communication: The Social Matrix of Psichiatry, que aparece en 1951. En el capítulo final ambos autores proponen una teoría general de la comunicación, sin embargo, una obra posterior publicada por Jackson, Watzlawick y Beavin la visión de la comunicación es la que caracteriza a todos estos autores: “La esencia de nuestro mensaje al lector es que la comunicación es la matriz en la que se encajan todas las actividades humanas”. En este marco, Bateson reflexiona sobre la teoría de los Tipos Lógicos, que no dejará de continuar en sus trabajos posteriores. Se trata de resolver una antigua paradoja: el hombre que enuncia “Estoy mintiendo” ¿dice la verdad? Bateson explica que es posible resolver la paradoja. Simplemente es preciso señalar que hay una confusión de los niveles de abstracción.

En 1952 recibe una subvención para estudiar las “paradojas de la abstracción de la comunicación”. En 1954 Bateson propone un trabajo titulado “Una teoría del juego y la fantasía” donde expone sobre sus trabajos realizados sobre las nutrias en el zoo de San Francisco y su objetivo era comprobar si estos animales son capaces de efectuar la distinción entre un comportamiento lúdico y un comportamiento de combate. Las nutrias se disputan el pescado, pero de manera lúdica y sostiene que estos animales se comunican sobre sus comunicaciones, se metacomunican (encuadran sus mensajes). En 1959 publica “Hacia una teoría de la esquizofrenia”, en el que los autores desarrollan la hipótesis del doble vínculo. En sustancia la hipótesis se presenta como sigue:

(A) Supongamos un sistema familiar en el que: -el padre es débil o está ausente - la madre es hostil al niño o éste le asusta; (B) (1) si el niño se acerca a su madre, ésta se retira; (2) Si, en consecuencia, el niño se retira, la madre simula un acercamiento que niega su retirada. Su aproximación simulada es, pues, un comentario sobre su gesto anterior: es un mensaje sobre su mensaje. La retirada pertenece a un tipo lógico de nivel I, la proximidad a un tipo lógico de nivel II.

(3) la secuencia vuelve a comenzar: ante la aproximación de su madre, el niño se aproxima; al aproximarse, ella se retira…pero cubre su retirada acercándose de nuevo, etc.

(C) (1) si el niño comprende la distinción entre estos dos tipos de mensaje, es “castigado” en el sentido que comprende su madre le rechaza afectivamente pero intenta hacerle creer que lo quiere. Entonces el niño tiene que hacer como si no comprendiera la distinción, si quiere evitar este castigo. “Para poder sobrevivir con el” dice Bateson.

(2) pero sigue el juego a su madre, desde ese momento tiene que aproximarse a ella cuando la madre se aproxime a él. Ahora bien, cuando se aproxima, ella se retira y le “castiga” de nuevo por ese comportamiento de ponerse a distancia.

(3) a partir de entonces, el niño queda “acorralado”, no tiene elección posible. El niño es castigado porque interpreta correctamente lo que expresa su madre; y es igualmente castigado porque lo interpreta mal. Está prisionero en una “doble coacción”. La única forma de salir de ella sería hacer un comentario sobre la posición contradictoria en la que lo ha colocado su madre. Pero su madre le impedirá siempre “metacomunicarse”, y atrofiará en él esta capacidad necesaria para toda interacción social. De esta manera, el esquizofrénico adulto puede definirse por esta misma incapacidad de distinguir los mensajes de nivel I y II. Ya no se metacomunica, con respecto a sí mismo o a los demás.

Varias decenas de trabajos clínicos y experimentales trataran de verificar la teoría. Con una vista negativa, se extenderá una opinión en los medios interesados: el doble vínculo es una hipótesis falsa. Sin embargo, hay dos correcciones especialmente importantes a señalar. La primera concierne a la relación entre madre e hijo. En un breve artículo Bateson y su equipo insisten en el hecho de que el doble vínculo no debe concebirse “como la relación de un verdugo y de su víctima sino la que se establece entre personas atrapadas en un sistema permanente que produce definiciones conflictuales de la relación.” Esta distinción caracteriza el pensamiento que llevaría Jackson, Weakland y Haley a elaborar, en el curso de los años sesenta, la terapia familiar sistemática. Pero también es lo que ocasiona la disgregación del grupo de Bateson. En efecto, éste propone una segunda corrección tan fundamental al artículo primero, que su ruta va a separarse a principios de los años sesenta, de la de sus colegas. Para Bateson, la esquizofrenia no ha sido nunca más que un medio de avanzar en la vasta teoría de la comunicación que intenta articular desde fines de los años cuarenta a partir de la cibernética y de la teoría de los Tipos Lógicos.

Bateson se pregunta ¿Cuáles son las condiciones necesarias y los límites de la experiencia de la comunicación, de la estructura y del orden? Esta idea consiste en ver estas diversas actividades un mismo proceso de creación fundado en la inversión de los niveles de mensajes: el comentario se convierte en texto y viceversa. La única diferencia que verá Bateson entre un esquizofrénico y un artista es la relativa toma de conciencia de su acto en el segundo. Pero ambos demuestran creatividad en su adaptación a una situación particular. Bateson opera así una completa inversión de la perspectiva: ya no es el doble vínculo en el seno del sistema familiar sin el sistema familiar en el seno de la doble coacción.

Dese 1959, Bateson vuelve a su amplia interrogación sobre la comunicación. Durante los años sesenta y setenta Bateson siembra idea y reflexiones en diversos públicos, tratando de separar la unidad general de sus trabajos. Esta unidad aparece progresivamente a través del concepto de “espíritu”, el cual puede dar la impresión de que recibe una extensión inesperada. Para Bateson, “es apropiado utilizar las palabras “espíritu” y “proceso mental” a propósito de lo que sucede en sistemas que contienen múltiples partes”; y añade: “lo que llamo “procesos mentales” son, de hecho, acontecimientos en la organización y la relación entre las partes”

Lo que Bateson denomina “ecología del espíritu” de entenderse como una tentativa para integrar en el seno de una epistemología nueva un conjunto muy vasto de fenómenos aparentemente muy diferentes pero en realidad muy cercanos por su organización y su funcionamiento. El lenguaje, el aprendizaje, la evolución biológica y finalmente la vida misma figuran en el número de fenómenos que Bateson examina. Fallece el 4 de Julio de 1980.

De Palo Lato a Palo Alto: Don Jackson y el Mental Research Institute[editar]

Después de sus estudios en medicina y psiquiatría en 1947 Jackson ingresa en la clínica psiquiátrica de Chestnut Lodge, Maryland. Dos influencias preponderantes en la formación de su pensamiento, serían Sullivan y Reichmann, que controlan su labor con los esquizofrénicos. Sullivan ha fundado una teoría analítica de la personalidad basada en la relación interpersonal. Estas tesis, que comienzan a extenderse de los años cincuenta, insisten pues en la necesidad de considerar la esquizofrenia desde el punto de vista de la interacción, tanto a un nivel etiológico como terapéutico. Esto es exactamente lo que Bateson propone en su colaboración a la obra Communication, The social matriz of psychiatry. Por otra parte, toma como ilustración de esta nueva concepción de la relación terapéutica la “doctrina sullivaniana”. Don Jackson presenta en enero de 1954, una comunicación titulada “El problema de la homeostasia familiar”. La familia se define en ella como un sistema homeostático, es decir, como un sistema que se encuentra siempre en equilibrio interno gracias a fenómenos de feedback negativo. Si uno de los miembros de la familia presenta algún desorden psicológico, la intervención del terapeuta no debe limitarse a ese miembro sino extenderse a toda la familia, comprendida como un sistema patológico que presenta un síntoma, que es el miembro enviado al psiquiatra. Se trata más bien de encontrar otro equilibrio para la familia, mediante una reorganización del sistema de relaciones en el que está instalada. La segunda aplicación de las investigaciones de Bateson y de sus colegas se funda en la hipótesis del doble vínculo. Jackson utiliza una técnica que se apoya directamente en los síntomas expresados por el paciente. En 1959, Jackson abre MRI. Jackson viaja, habla y escribe mucho sobre la terapia familiar. En 1962, el National Institute of Mental Health concede al MRI un subsidio importante para la formación en terapia familiar.

Mientras que Bateson y su grupo (Jackson, Weakland, Haley) despejan progresivamente la hipótesis de la doble coacción y la insertan en una conceptualización de la familia como sistema homeostático, otros investigadores estudian la misma relación entre esquizofrenia y entorno familiar a partir de trabajos empíricamente más controlados.

A principios de los años sesenta en un polo se encuentran los teóricos y terapeutas sistemáticos de Palo Alto. En el otro polo se hallan los analistas, para los que el paciente sigue siendo un individuo y no un sistema familiar (tanto en el plano de la teoría etiológica como en el de la práctica terapéutica), pero que intentan una extensión de los conceptos y los útiles analíticos (especialmente la transferencia) a la familia, considerada como una serie de diadas. En los años setenta la terapia familiar, fragmentada pero viva, se convierte en un sector plenamente integrado con la psiquiatría norteamericana.

De Venecia a Palo Alto: Paul Watzlawick[editar]

Paul Watzlawick en 1949, obtiene un doctorado en filosofía por la universidad de Venecia. A fines de los años cincuenta, enseña el psicoanálisis y la psicoterapia en la universidad nacional de El Salvador. En Octubre de 1960, es presentado por Scheflen, el cual conoce su interés por los trabajos de Bateson y Don Jackson, que visitan Filadelfia. Este último le contrata para el Mental Research Institute. En el MRI Watzlawick abandona su pasado analítico. De hecho, recibe un triple "shock". El primero se debe a Jackson, cuyas capacidades de diagnóstico y métodos de tratamiento le parecen deslumbrantes. El segundo proviene de su encuentro con Bateson, el gran teórico al que todos consultan en el MRI (aunque no siempre lo comprende a la perfección). El tercero es provocado por el descubrimiento de Erikson, un psiquiatra que utiliza la paradoja como tecina terapéutica desde hace varios años sin lograr explicar claramente por qué y cómo actúa así. Gracias a su formación intelectual europea, Watzlawick comprende en profundidad la lógica deductiva en la que se basa el sistema de Bateson. Será así uno de los investigadores que subrayara la importancia de la teoría de los Tipos Lógicos en la hipótesis del doble vínculo. Watzlawick, en 1967 plantea un marco de referencia a partir del cual pueden salir de la ambigüedad original de la homeostasia familiar, el doble vinculo, la prescripción del síntoma, etc. Para Watzlawick y sus colegas, la interacción, en tanto que sistema, no se reduce a la suma de elementos. Esta es, por otro lado, la razón por la que ellos se insertan en el modelo orquestal de la comunicación. Pero se concede menos atención a las unidades que el antropólogo y el sociólogo toman en consideración (el grupo, la comunidad, la clase social, etc). Watzlawick y sus colegas no han recibido formación antropológica; sus referencias intelectuales, intereses y preocupaciones se sitúan en el contexto de la psiquiatría.

Mientras prepara Pragmatic of Human Communication, Watzlawick trata de sistematizar la entrevista organizándola alrededor de tareas bien definidas. La finalidad perseguida es ver aparecer ciertas estructuras de relaciones entre miembros de la familia: alianzas, rechazos, controles, etc. Pero el procedimiento se revela demasiado largo y poco fiable. Watzlawick decide abandonar este marco semiexperimental y emprender el análisis de las técnicas terapéuticas “intuitivas” utilizadas por Jackson o Erickson.

En 1974 en Change, Principles of Problem Formation and Problem Resolution un análisis del modo de funcionamiento de la paradoja en psicoterapia, oponen dos clases de cambio de la situación: el “cambio 1” que consiste en una modificación en el interior de un sistema, y el “cambio 2”, consistente en una transformación del mismo sistema. La resolución profunda de un problema psicológico u otro pasa por un “cambio 2”, es decir, por una reorganización de los elementos de un sistema nuevo. Para modificar una situación de tumulto, la solución clásica responde a un “cambio 1”. Conste en responder a la hostilidad por hostilidad. En el “cambio 2”: “rebasa la situación del marco que hasta entonces englobaba a él mismo con la multitud y la enmarca de nuevo de una manera que satisfaga a todas la partes concernidas”. De modo similar, la prescripción del síntoma por el psicoterapeuta consiste en un nuevo enmarcamiento de la situación tal que ya no se trata de la misma situación.

La explicación de la intervención paradójica, Wtazlawick hace comprender la oposición entre una “realidad del primer orden”, que se refiere a las propiedades físicas de los objetos, y una “realidad del segundo orden” que remite a las propiedades sociales (valor, significación) de los objetos. Esta segunda realidad puede ser el objeto de múltiples nuevos encuadramientos, de naturaleza terapéutica o no. En su última obra, Watzlawick vuelve al problema de la explicitación (la salida fuera de los pliegues) del lenguaje terapéutico paradójico. Para Jackson, Haley o Watzlawick no se trata jamás de castigar o recompensar un comportamiento dado, sino de proporcionar otro estatuto, en un marco preceptual nuevo. El terapeuta de “Palo Alto”, que reflexiona desde el punto de vista de la causalidad circular, no puede dejar de tomar en consideración la naturaleza relacional de todo síntoma antes de intentar un “cambio 2”.

3. ALREDEDOR DE FILADELFIA La obra oral: Ray Birdwhistell[editar]

Para Birdwhistell, hablar de “participación en la comunicación” en lugar de “comunicación con” no es una simple afectación intelectual. Por dos razones: la primera razón proporciona el análisis de la “escena del cigarrillo”, que le revela la existencia de un fenómeno de “sincronía interracional”. La segunda razón es de naturaleza teórica: Birdwhistell concibe la comunicación en términos sistémicos, ha integrado los principios de su epistemología a través de su utilización de la lingüística descriptiva. Birdwhistell habla de análisis de contexto y no de contenido. El análisis no se centra en el contenido del intercambio, sino en el sistema de ha hecho posible el intercambio. Para Jackson y Watzlawick, la familia es un sistema gobernado por reglas y el sistema no se extiende más allá de la pareja o de la familia y no recibe el nombre de comunicación. De la misma manera que Bateson invierte la relación entre esquizofrenia en el seno del doble vinculo con el arte y el humor-, Birdwhistell invierte la relación esperada entre el grupo y la comunicación y concibe ésta como un proceso permanente tan vasto como la cultura. La trayectoria intelectual de Birdwhistell hace una especie de rizo. Partiendo de un pensamiento muy poco familiarizado, fundado en la investigación etnográfica, Birdwhistell se entrega a un análisis formal de microactos, antes de volver escalonadamente a un pensamiento muy abierto, fundado de nuevo en la antropología. Birdwhistell ha jugado un papel importante en la elaboración de este método, pero a Scheflen corresponde el mérito de haberlo descrito y utilizado, coloca igualmente su trabajo teórico en el marco de la teoría general de los sistemas y, aún más globalmente, en la visión batesoniana de una nueva epistemología.

La obra explícita: Albert Scheflen NO CREO QUE SEA IMPORTANTE El trabajo en curso: Sigman y la tercera generación Las investigaciones de Sigman integran dos tipos de reflexión en el marco teórico propuesto por Birdwhistell: por una parte, ciertas preocupaciones comunes a la lingüística y a las antropologías norteamericanas más contemporáneas, reunidas bajo el nombre de etnografía de la comunicación; y por otra, ciertos análisis de organizaciones complejas, tales como los que aparecen en la obra de Goffman.

4. DOS FRANCOTIRADORES DE LA INVESTIGACIÓN[editar]

Edward Hall ha consagrado al estudio de esta organización social del espacio entre los individuos una buena parte de su vida de antropólogo. Ha acuñado un término para designar ese nuevo dominio de las ciencias humanas: la proxémica.

Hall se dedicará a desmontar de manera muy clara, con la intención de llegar al público más amplio posible, los códigos de la comunicación intercultural. Con otro lingüista, Smith, Trager trata de encontrar un método de investigación que valga tanto para otros métodos de comunicación como para el lenguaje. El principio básico –que funda el estructuralismo norteamericano- es el del doble funcionamiento de todo segmento separado por el análisis, a la vez unidad para el nivel superior y contexto para nivel inferior. Así, en lingüística, el morfema es el contexto de las unidades del nivel “de debajo”, los fonemas, y unidad de nivel “de arriba”, las construcciones sintácticas. Trager invitará a Birdwhstell a concebir el estudio de la gestualidad sobre el mismo modelo. Con Hall, Trager se dedica a un sistema de comunicación mucho más vasto: toda la cultura.

Hall propone una visión de la cultura como sistema de comunicación descomponible en tres niveles de complejidad. Notas y series se organizan según “esquemas”. Hall considera la cultura como un conjunto de códigos descomponibles y analizables.

Para Hall, la cultura es descifrable: sólo se necesita descubrir en ella poco a poco el “lenguaje silencioso”. Para Hall Cada cultura organiza el espacio de forma diferente a partir de un substrato animal idéntico, el “territorio”. Hall propone así una escala de las distancias interpersonales. Considera cuatro distancias: íntima, personal, social y pública. Cada una de ellas comporta dos modalidades: próxima y lejana. Las cuatro “burbujas” básicas constituyen cuatro territorios, que pertenecen tanto al hombre como al animal. Pero cada cultura humana ha definido de manera diferente la dimensión de las burbujas y las actividades que le son apropiadas. Hall no define sus burbujas únicamente midiéndolas en metros y centímetros, sino que la vista, el tacto, el oído, el olfato contribuyen al establecimiento de las distancias socialmente adecuadas. Hall comparte así la posición general de la UI: la comunicación es un proceso de múltiples canales cuyos mensajes se refuerzan y controlan de manera permanente, No hay forma de no comunicarse. Junto al espacio “informal” de las interacciones sociales, Hall estudia la estructuración y la significación del espacio “de organización semifija”, como los muebles y las puertas. Estos constituyen un ejemplo asombroso de la variación cultural de las significaciones otorgadas al espacio. Hall se dedica finalmente al “espacio de organización fija” como los edificios y las ciudades.

La gramática de la vida cotidiana: Erving Goffman[editar]

Para poner al día las reglas culturales que rigen nuestra sociedad, Edward Hall trabaja mediante comparaciones con otras sociedades: dado tal artefacto cultural (la puerta del apartamento), ¿cómo lo utilizan los miembros de la cultura A y de la cultura B? ¿Qué significaciones le atribuyen? ¿Qué puede deducirse con respecto a modelos y códigos culturales?

Goffman trata de sacar a la luz las normas sociales que rigen la vida cotidiana. Pero procede por rupturas y fracturas en el seno de nuestra sociedad. Observa a los disminuidos y los internados para extraer las características del orden social entre los “normales”, para extraer las reglas constitutivas de la interacción social adecuada.

Para Goffman, las interacciones sociales constituyen la trama de un cierto nivel de orden social, porque se fundan en reglas y normas al igual que las grandes instituciones, tales como la familia, el Estado, la Iglesia, etc. Pero esas interacciones parecen tan banales, tan “naturales”, tanto a los actores sociales, que sólo algunos casos extraordinarios, muy ritualizados, como los matrimonios o los entierros, retienen habitualmente la atención.

Goffman prosigue la elaboración de conceptos familiares a los “interaccionistas simbólicos”: yo mismo (Self), interacción, rol, etc. Intenta reconstruir el mundo tal como lo vive un enfermo mental encerrado en un asilo psiquiátrico. Finalmente estudia el mundo diario de la gente, su propio universo cotidiano. Goffman habría utilizado la siguiente estratagema para observar la “figuración” (face-work), es decir “todo lo que intenta una persona para que sus acciones no hagan quedar mal a nadie (comprendida ella misma)”. Este propone desmontar la “retórica general” que es la vida cotidiana considerando el comportamiento social de todo individuo como el de un actor en escena. Goffman aborda de nuevo el análisis “mediano”. Llama estrategia a los aspectos de la interacción que pueden ser previstos, calculados, controlados. Pero, una vez más, ese vocabulario no tiene para él más que una virtud heurística.

En su última obra, parte del texto de Bateson en el que éste describe como dos nutrias del zoo de San Francisco definen por si mismas los límites del juego y del combate, de la realidad y de la ilusión. A partir de los conceptos de llave y marco (que sirven para regular, en el sentido de “ajuste”, la realidad de la situación, vuelve a encontrar ciertos temas de la fenomenología, pero no penetra en ellos.

¿Qué comparte Goffman con el modelo orquestal de la comunicación? Ya que de acuerdo a Winkin, es con seguridad, uno de los miembros de la UI. Pero, ¿cuál es su visión de la comunicación? En su obra, los actores sociales participan en un sistema en el que todo comportamiento libera una información socialmente pertinente. Todo gesto, toda mirada, todo silencio, se integra en una semiótica general.

Tanto para Goffman como para los demás autores presentados aquí, el comportamiento está regido por un conjunto de códigos y de sistemas de reglas. Existe una sintaxis, una semántica y una pragmática de comportamiento; el comportamiento es, así, el fundamento de un sistema general de comunicación. Toda interacción se desarrolla siguiendo un sistema de reglas. Scheflen habla del “programa” de una interacción. Hall describe “cadenas de acción”. Watzlawick y sus colegas desarrolla el concepto de “calculo” de la comunicación interpersonal, mientras que Jackson concibe la familia como un sistema regido por reglas. Para cada uno de estos autores, el azar o expresión personal no se encuentran donde se les espera; una partitura invisible orquesta los encuentros “fortuitos”, los intercambios “espontáneos”, las conversaciones “banales”. En otros términos, mientras que la visión espontánea de las cosas tiende a considerar que los individuos viven sus interacciones en función de la naturaleza, su temperamento, su humor, del momento, etc. – en una palabra, en función de factores personales-, Goffman considera que esas interacciones tienen sus propias reglas, exteriores a los individuos, que no pueden más que seguirlas si quieren que se les continúe considerando como personas normales.

CONEXIONES Y ABERTURAS: ¿HACIA UNA CIENCIA DE LA COMUNICACIÓN?[editar]

A principios de los años sesenta, un coloquio reúne a sesenta investigadores. En su prefacio, Sebeok, Hayes y Mary Bateson justifican su elección en estos términos: “Queremos subrayar el contexto interaccional y comunicacional del uso de los signos por el hombre y la manera en que estos se organizan en sistemas transaccionales que integran visión, audición, tacto, olfato y gusto”. Es ésta una definición de la comunicación que compartirían fácilmente todos los miembros de la UI.

Finalmente pueden comprenderse mucho mejor las relaciones entre esos momentos diferentes y distintos espacios del pensamiento contemporáneos, si se insiste en una concepción ampliada de la comunicación. “Concepto unificador” (la expresión de Levi-Strauss), la comunicación se encuentra en la base de cada uno de los vastos programas interdisciplinarios evocados aquí.

Vemos pues como se establece una fuerte relación entre los proyectos de inspiración estructuralista de una ciencia de la comunicación (o de semiótica general) y los de la UI. Para cada uno de los miembros de ésta, se trata de partir de los sistemas en los que se insertan: interacciones, familia, instituciones, grupos, sociedad, cultura. Si el modelo orquestal de la comunicación que los investigadores norteamericanos proponen, puede constituir una aportación muy rica al proyecto de una ciencia de la comunicación, es a la vez porque comparte muchas de las premisas teóricas del estructuralismo y porque se sitúa fuera de los hábitos de pensamientos europeos.

El estructuralismo europeo ha reflexionado con mucha frecuencia a partir de la oposición sausseriana entre lengua y habla, y parece haber desarrollado casi exclusivamente una lingüística de la lengua, descuidando la segunda ruta de la que habla Saussure, el de la lingüística del habla. De la misma manera que Saussure trataba la lengua como un sistema que posee sus propias reglas, los investigadores que se han inspirado en él han intentado trabajar con sistemas relativamente cerrados y autónomos.

Ahora bien, los investigadores reunidos aquí pueden, reemplazando la oposición sausseriana en un marco teórico nuevo, contribuir a la elaboración de esta otra lingüística. Ante todo, al definir la comunicación como “la realización de las estructuras culturales”, hacen estallar la oposición entre la lengua esencial y el habla accidental. Su investigación no se centra ni en la lengua ni en el habla, sino en la comunicación, que es a la vez lengua y habla, competencia y ejecución. A continuación, al concebir la lengua como una actividad, y no como el producto de una actividad, abren la vía a una lingüística de terreno, que podría denominarse una lingüística del habla. Pero esta lingüística sería ante todo una sociolingüística, ya que el habla es considerada por nuestros autores como una actividad social. Sería además una pragmática, pues el habla no es más que uno de los múltiples modos de comunicación que la interacción opera. Finalmente, para ellos una frase, un gesto, un silencio en una entrevista en vivo proporcionan una medida totalmente distinta de la complejidad de los problemas que una proposición analizada en la pizarra.