Escatología, su método, sus elementos, sus alcances y limitaciones

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“La voz del Espíritu que Jesús, de parte del Padre, ha enviado a sus discípulos resuena también en los acontecimientos mismos de la historia. Tras los datos cambiantes de la situación actual, y en las motivaciones profundas de los desafíos que se le presentan a la evangelización, es necesario descubrir « los signos de la presencia y del designio de Dios ». Se trata de un análisis que debe hacerse a la luz de la fe, con actitud de comprensión. Valiéndose de las ciencias humanas, siempre necesarias, la Iglesia trata de descubrir el sentido de la situación actual dentro de la historia de la salvación. Sus juicios sobre la realidad son siempre diagnósticos para la misión.” (DGC 32)

La Escatología, a diferencia del resto de la Teología, posee métodos, disciplinas auxiliares y puntos de vista sustancialmente distintos de las prácticas teológicas y filosóficas tradicionales, y de alguna manera integra el resto de las disciplinas de la Teología para dar una cosmovisión propiamente cristiana del mundo. Esto se debe a que a diferencia del resto de las disciplinas teológicas que tienen un origen derivado de la Revelación misma y de sus implicaciones tanto históricas como filosóficas, la Escatología estuvo hasta finales del siglo dieciséis fuertemente enraizada en la Tradición Eclesial sin poder desprenderse de ella, y por tanto adapta diversas disciplinas y formas de interpretación que son diferentes al resto de la Teología. La Escatología es una disciplina que se basa en las tres bases de la Revelación: la Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica y la Tradición Eclesial. Como en toda la Teología, existe una jerarquía de verdades reveladas que permiten comprender la relación entre los distintos contenidos de la Escatología: La Sagrada Escritura, debido a la enorme complejidad que presenta su comprensión y a las muy diversas etapas históricas en que se desarrolló, presenta por tanto contenidos inmensamente variados. En este sentido, algunos libros de la Biblia son fundamentales para unas ramas de la Teología que son completamente innecesarios o poco relevantes para otra. Tomando esto en cuenta, podemos clasificar los contenidos de la Sagrada Escritura relacionados con la Escatología. La Tradición Apostólica también posee sus propios documentos acerca de la Escatología y sus posibles interpretaciones. Los contenidos escatológicos fueron de importancia fundamental en la primera época de la Iglesia. Sin embargo, una vez que los cristianos alcanzaron una seguridad relativa en el Imperio Romano el interés por ella se relegó en pos de la comprensión de los conceptos fundamentales y el enfrentamiento a los herejes. En este sentido, también se presentó desde el siglo XV un proceso gradual de redefinición de la Escatología, por lo que los documentos importantes de ella se encuentran en esos dos periodos, con intermitentes documentos durante la Edad Media. La Tradición Eclesial, aunque en la Escatología no siempre se encuentra bien encaminada, es la que proporciona las ideas más claras sobre la Escatología de nuestra época. Agrega elementos importantes en cuanto a los diversos signos que se presentan en cada siglo y proporcionan información importante sobre los contenidos de las dos fuentes complementarias. Tomando lo anterior en cuenta, podemos clasificar los principales textos de la Escatología Católica de la siguiente manera: Los Textos Principales, que contienen los principales elementos de la Escatología: los Textos Paulinos, las Cartas Apostólicas, los Evangelio, los Textos Proféticos, las Declaraciones de los Concilios, los Textos Papales y las Declaraciones de las Congregaciones de la Curia Romana. Los Documentos Auxiliares, aquellos que nos permiten una mejor comprensión de los Textos Auxiliares: los demás textos de la Biblia, los escritos de los Santos y los escritos de los Obispos y Sínodos. Los Documentos Complementarios, que hablan de acontecimientos específicos de la historia de la Iglesia, pero no relacionados con los contenidos centrales de la Escatología: los Secretos de Fátima, las Apariciones de Lourdes, el Nican Mopohua, los Textos de Santa Margarita María Alacoque, la Profecía de San Malaquías, los Textos de Hildegarda de Bingen, los Textos del Padre Pío, entre otros. Los Documentos Sumplementarios, aquellos que no poseen contenidos propiamente escatológicos pero que para la comprensión de la Escatología son necesarios: los Textos de las demás ramas de la Teología, los textos filosóficos, hermenéuticos y exegéticos, los documentos históricos y los conocimientos de las demás áreas del conocimiento humano. Uno de los procesos más importantes de la Teología es su reinterpretación en cada contexto histórico. Este sistema de vasos comunicantes entre los conocimientos propios de la Escatología y el contexto histórico en que deben de ser interpretados producen, como en toda la Teología, un enriquecimiento mutuo: la experiencia histórica es reinterpretada y comprendida en todas sus implicaciones cuando es vista a la luz del conocimiento teológico, y a su vez el conocimiento teológico es enriquecido y profundizado cuando puede ser visto a la luz del conocimiento histórico. Como la Teología Dogmática posee como objeto de estudio el dogma, la Cristología la figura de Cristo o la Mariología a la Santísima Virgen María, el principal objeto de estudio de la Escatología es la profecía. Sin embargo por las necesidades propias de la Escatología, su segundo objeto de estudio es la realidad histórica de la Iglesia; esto debido a que la profecía es elaborada y cumplida en su contexto histórico, por lo que el entendimiento de ambas es indispensable para lograr una correcta aplicación del conocimiento escatológico. En este sentido podríamos entender de una manera más general que la Escatología estudia “los signos de los tiempos” de los que hablaba Jesús en el Evangelio:

Éstos signos de los tiempos no son más que la interpretación de los acontecimientos históricos a la luz de la Teología, hecho que emparenta a la Escatología con la Teología de la Historia. Se diferencian en que la Teología de la Historia no tiene en principio una visión prospectiva, y que la Escatología únicamente se refiere a hechos fundamentales en particular y no todos los procesos históricos, además que la Teología de la Historia no incorpora de manera rutinaria elementos hermenéuticos como hace la Escatología para realizar inferencias acerca del desarrollo de los acontecimientos. Pero la diferencia más importante es que la Escatología se ha encontrado en casi toda la Historia de la Iglesia enraizada en el ideario colectivo de los hombres, y por tanto es mucho más cercana que la Filosofía de la Historia, además de abrevar de manera muy libre de diversas fuentes dependiendo del contexto, y no de una manera rígida y sistemática como hace la filosofía de la historia. Este análisis libre que hace la Escatología de diversas ramas del conocimiento humano se encuentra fuertemente ligado al estudio de la profecía en sí misma, ya que es al mismo tiempo producto de la Revelación Divina pero también del conocimiento humano, y por tanto deben de combinarse ambos conocimientos dependiendo de la voluntad divina para alcanzar una correcta interpretación. En este sentido las posibilidades de comprensión de las profecías no son ni completos ni excluyentes, por lo que requieren de una gran habilidad por parte del Escatólogo para poder ver con claridad los fenómenos que estudia. Tampoco debe de dejarse a un lado que a semejanza de otras áreas de la Teología, la Escatología no es un proceso concluso, por lo que los acontecimientos históricos pueden modificar la interpretación o el contenido de la misma. Así como la Escatología posee un numeroso y amplio cuerpo de estudio, necesita la aplicación de diversas herramientas para lograr sus fines. Las principales herramientas de la Escatología son: La Exégesis, encargada de la interpretación de textos bíblicos, es una herramienta necesaria para la comprensión de los contenidos de la Escatología. La Predicación: durante la Historia de la Iglesia hemos podido observar como la conciencia de los pueblos es formada mayormente por la prédica diaria en la Misa. De esta manera, los contenidos escatológicos son reflexionados y expuestos a diario a través de la predicación, por lo que es un elemento que de ninguna manera puede dejarse de lado. La Onomástica: la experiencia y especialmente los escritos de los Santos hablan de las realidades cotidianas y la influencia que tienen sobre la Escatología. La visión que ellos tienen del desarrollo de los acontecimientos es sin duda referencia para el desarrollo de la Escatología. El Análisis Histórico: La referencia fundamental para lograr la comprensión de la Escatología es la manera en la cual en el pasado fueron interpretados los conocimientos. Los aciertos y errores del pasado permiten tener un conocimiento del futuro y del comportamiento de la Historia. El Análisis Prospectivo: La Escatología perdería su razón de ser si se dejara de lado su papel fundamental para guiar, junto con las referencias doctrinales católicas, el futuro de la vida de toda la Iglesia y de los creyentes. Esa encomienda particular debe de ser fortalecida ya que ha decaído desde principios del siglo quince, fenómeno anómalo en la Historia del Cristianismo. La Mística: la mística, que estudia los mecanismos del contacto directo con Dios, presentan un lenguaje común y un mensaje especial que muchas veces tiene una clara referencia escatológica. Muchos de los principales elementos de la Escatología, principalmente aquellos referidos a la época moderna no pueden comprenderse por completo sin tomar en cuenta el lenguaje y el significado místico de sus mensajes. La Hermenéutica: la ciencia de la interpretación se hace inmensamente necesaria debido a la naturaleza compleja en la cual se presentan muchas profecías que requieren de una correcta interpretación y comprensión del significado profundo de los escritos y acontecimientos. El Estudio de la Tradición Popular: debido al enorme arraigo que tiene la Escatología en el Pueblo de Dios, y a que Dios mismo elige a la gente aparentemente más humilde para dar una mayor comprensión de las verdades reveladas, hace necesario un constante estudio de la Tradición popular y de los casos anómalos que surgen en diversas partes del mundo para hacer como recomendaba Juan: “analizar la naturaleza de los Espíritus”, ya que en algunos momentos pueden proporcionar conocimientos clave para la interpretación de la Escatología. Las limitaciones de la Escatología son muchas y deben de ser tomadas en cuenta cuando tratan de ponderarse sus posibilidades. No puede dar verdades absolutas, ya que como mencionábamos depende de los acontecimientos el significado que pueden tener las profecías; es limitada ya que los contenidos de las profecías no son precisos en todos los aspectos de los acontecimientos sino únicamente en pocos y limitados detalles; es impotente en muchos aspectos ya que una gran cantidad de acontecimientos adversos no pueden ser modificados y otros benéficos se encuentran condicionados a situaciones que no es posible controlar; es de una enorme complejidad debido a la cantidad de referencias que incorpora y conocimientos que incluye; y también es parcial, ya que no puede ser entendida sin el resto de los contenidos de la Teología. Sin embargo, posee la posibilidad de dimensionar la fe en la importancia que realmente merece, permite ampliar la visión y perspectiva del creyente desde la propia fe, encauzada de una manera correcta dirige de nuevo hacia Dios el pensamiento de toda la Iglesia y los proyectos colectivos e individuales.

Bibliografía

DGC: Congregación para el Clero (1990) [Electrónico] Directorio General para la Catequesis. [www.vatican.va] Vaticano: Librería Editrice Vaticana [Consultado el 29 de enero del 2007 del World Wide Web]- http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cclergy/documents/rc_con_ccatheduc_doc_17041998_directory-for-catechesis_sp.html

Ver también[editar]