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'“COMPETITIVIDAD Y FINANCIACICIÓN DE LOS MUNICIPIOS TURÍSTICOS: EL APALANCAMIENTO FISCAL”' Javier Bustamante Moreno Economista jbustama@terra.es

ABSTRACT

Analizar la contribución de los municipios a la mejora de la competitividad turística supone responder a varias preguntas: ¿Qué son y qué hacen los municipios en general, los municipios turísticos en particular y en concreto cuáles son las relaciones económico-financieras especiales que sustentan ese “ser” y “hacer”? Los municipios turísticos están configurados por tres elementos básicos: Territorio, Economía y Población. Nos detendremos en el concepto de población asistida. Sólo con un enfoque global de las relaciones económicas podremos conocer las necesidades de mejora de competitividad de los municipios turísticos ante un siglo XXI y las condiciones para financiar la necesaria reconversión hacia la calidad y excelencia. ¿Quién debe administrar esa compleja realidad de los municipios turísticos? :A mi entender son tres clases de agentes: las instituciones públicas en sus tres niveles básicos: central, regional y local; los agentes económicos, empresarios y trabajadores y los ciudadanos y sus entidades, organizadas en toda su variedad social e ideológica. Centramos el presente estudio en uno de ellos, en el ámbito de la gestión de la administración municipal y de su implicación en la contribución a la calidad turística. Analizamos los diversos instrumentos de intervención y en especial los instrumentos financieros en los que, tanto la administración local como el resto de agentes, pueden apoyarse o deben emplear para mejorar la competitividad de las zonas turísticas. Esos instrumentos son de tres tipos: Reglamentación, Fomento y Participación. Citamos como instrumento privilegiado la Agenda Local 21 que con su metodología, indicadores, elementos de participación ciudadana, planes de acción... es un perfecto y probado modelo de acción estratégica de mejora y competitividad de los municipios turísticos. Es claro que los municipios turísticos soportan un mayor gasto municipal en diversas actividades que tienen una influencia radical en la apreciación del atractivo turístico por los clientes: promoción e información turística, seguridad, mantenimiento de playas, montañas, monumentos u otros atractivos turísticos, mantenimiento urbano de urbanizaciones, calles, edificios, zonas verdes, infraestructuras de transporte, ciclos de los recursos: agua, energía, residuos, actuaciones para la formación y profesionalización del personal... y esos gastos adicionales no tienen contrapartida clara en los ingresos municipales típicos y debe encontrarse financiación adecuada a ellos ya sea a través de transferencias del Estado y Comunidades Autónomas, ya sea a través de mayores niveles de tributación a los no residentes, origen de ese mayor gasto. Se analizan las diversas fuentes actuales de financiación: tributarias, transferencias, créditos... viendo su manifiesta incapacidad de asegurar la gestión municipal activa y de calidad que precisará sin duda el turismo del siglo XXI. Tampoco la reciente reforma de la Ley de Haciendas locales resuelve en modo alguno el problema sino más bien lo agudiza al suprimir el IAE y compensar sólo parcialmente sus ingresos. Se estudian diversas posibilidades de impuestos medioambientales y turísticos y en especial la “ecotasa balear”, impuesto turístico actualmente derogado. A través del análisis de los gastos e ingresos típicos de los municipios turísticos se manifiesta que se da frecuentemente una relación típica y favorable entre la financiación que a través de los impuestos aportan los ciudadanos residentes y la que aportan los no residentes, relación que permite la utilización del “apalancamiento fiscal” como fórmula de mejora financiera municipal. El empleo de la técnica del “apalancamiento fiscal” puede condicionar el modelo de sistema fiscal local de los municipios turísticos, propiciando un equilibrio en los niveles impositivos más elevados posible y socialmente aceptables, modelo que no es fácil de explicar, de entender y de aplicar, pero que se puede resumir en esta proposición: A los residentes de los municipios turísticos les “interesa” que se aumenten los impuestos, si por cada euro adicional que paga un residente obtiene servicios por tres euros que pagan los visitantes. Para concluir se articulan en el texto varias propuestas concretas de mejora de la financiación de los municipios en general y de los turísticos en particular y entre ellas la de posibilitar a los municipios que así lo decidieran la implantación optativa de ecotasas o impuestos municipales específicos a los no residentes. Para ello sería preciso un cambio legislativo del sistema tributario local mediante el cual se incluyera como impuesto potestativo el que potencialmente gravara las estancias turísticas de los no residentes y posibilitara su implantación y concreción de tarifas a los municipios que desearan y decidieran aplicarlo. No parece fácil en estos momentos plantear siquiera estas propuestas, pero considero que en este comienzo de siglo los posibles escenarios económico-financieros a los que deben enfrentarse todos los municipios y en especial los turísticos no son lo suficientemente claros ni se ven despejados como para abandonar el objetivo de que los municipios obtengan los recursos necesarios para que puedan contribuir de forma eficaz a la competitividad de sus zonas turísticas y a la calidad de vida de los residentes y visitantes de cada municipio