Resistencia y represión
Título | Resistencia y represión |
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Autor | Sigmund Freud |
Año | 1915-1917 |
Resistencia y represión es el título de la 19ª conferencia de introducción al psicoanálisis, dictadas por Sigmund Freud entre 1915 y 1917.
Resumen
[editar]Cuando se emprende el reestablecimiento de un enfermo él nos opone una tenaz resistencia que se mantiene durante todo el tratamiento, sin reconocerlos como tales. Es harto diversificada, refinada, difícil de reconocer. Cuando se fija la R.T.F. (calma observación de sí sin reflexión, comunicación de las percepciones interiores en la secuencias en que emergen – sentimientos, pensamientos, recuerdos – resignación de cualquier motivo que lleve a la exclusión o selección , el resultado del tratamiento depende de su obediencia) se convierte en el blanco de la resistencia. Se evade de sus imperativos. Pero decirlo todo significa realmente decirlo todo. Los neuróticos obsesivos le sobreimponen su conciencia moral y dudas, los que padecen histeria de angustia la llevan al ad absurdum produciendo ocurrencias harto alejadas. Cuando se logra cierta obediencia se traslada a la lucha con argumentos, objeciones a la doctrina analítica. Admite razones, quiere ilustrarse, se individualiza como distracción de nuestras tareas específicas. Otras veces, en vez de recordar repite unas actitudes y mociones afectivas de su vida que transferencia de por medio puede emplearse para resistirse al médico y a la cura. Si se trata de un hombre tomará este material de su relación con el padre en cuyo lugar pone al médico y entonces sus resistencias parten del afán de afirmar su autonomía , de su ambición de igualar o superar al padre. El propósito de descaminar al médico para haber sustituido el propósito de la cura. Las mujeres, transferencia tierna, erótica; hace que se pierdan los intereses actuales de la cura, que se abandonen los compromisos asumidos. Celos y amargura frente al rechazo, estropea el entendimiento con el médico.
No sólo juicio adverso, contienen tanto el material más importante del pasado del enfermo que se convierten en los mejores soportes si se les sale dar el giro adecuado. Siempre se pone al principio al servicio de la resistencia. Esas resistencias tienen que salir a la luz, y entendemos que el vencimiento de éstas es la operación fundamental del análisis. Además, el enfermo explota todas las contingencias que puedan surgir durante el tratamiento.
Esta resistencia se convirtió en la base de nuestra concepción dinámica de la neurosis. Los resultados de la hipnosis eran caprichosos y no duraderos, por eso la abandoné. Tal estado sustraía al médico la percepción de las resistencias, no pudiendo colegir la dinámica de la neurosis, comenzando el psicoanálisis propiamente dicho cuando se renunció a su ayuda.
En el curso del tratamiento la intensidad de la resistencia varía, desecha su actitud crítica y la vuelve a retomar; en su afán de oponerse a cualquier precio puede dar la imagen de un imbécil en el campo afectivo. Por tanto, su crítica no es una función autónoma sino auxiliar de sus actitudes afectivas y dirigida por su resistencia.
Ahí registramos fuerzas poderosas que se oponen a un cambio de estado, tienen que ser las mismas que en su tiempo lo impusieron. La existencia del síntoma tiene por premisa que algún proceso anímico no fue elevado hasta el final, devenir cc. El síntoma es sustituto de lo que se interceptó. Debe haberse producido una violenta renuncia por lo que permaneció icc. Esa misma renuncia se opone durante la cura al esfuerzo por volver a trasportar lo icc a lo cc. Esto lo sentimos como resistencia. El proceso que la resistencia revela, recibe el nombre de represión.
Se aparta del juicio adverso en cuanto se conserva la energía y no resta recuerdo; se consuma sin que el yo lo note. La condición de cc o icc es sólo una de sus propiedades, no unívoca, sentido sistemático; cualidad como indicio de su destino. Símil de la fotografía, estadio negativo, positivo. El proceso singular pertenece primeramente al sistema psíquico de lo icc y después, en ciertas circunstancias puede pasar al sistema cc.
La representación más grosera de los sistemas es la especial, a su vez, la más cómoda. Gran vestíbulo (s. icc), otro más estrecho (prcc), individuo en el salón prcc (cc), umbral entre icc y prcc (guardián) [...] Son imágenes auxiliares para comprender las observaciones.
La organización del aparato psíquico tendría que ser para pasar justificada, validez universal. El guardián es la censura a la que estaba sometida la formación del sueño manifiesto. La diversidad de los modos de trabajo en la vida anímica se convirtió en la característica de ambos sistemas; la relación con la conciencia se consideró un signo de pertenencia a alguno de los dos sistemas.
Pero el sueño no es un fenómeno patológico.
La represión es la condición previa del síntoma. Éste es el sustituto de algo estorbado por la represión. En cuanto a qué fuerzas la imponen, son fuerzas del yo.
Por otra parte, el análisis permite indicar el propósito de los síntomas neuróticos; éste nos introduciría siempre en las vivencias y deseos sexuales del enfermo, sirven al propósito de la satisfacción de los deseos sexuales; los síntomas sirven a la satisfacción que les falta en la vida.
Estas personas enferman a raíz de una frustración cualquiera, cuando la realidad les escatima la satisfacción de sus deseos sexuales. Ello reafirma la tesis anterior.
Opuestos no equivalen a contradicción; los síntomas llevan el propósito de obtener satisfacción sexual o bien, defenderse de ella; en la histeria prevalece el primero, en la neurosis obsesiva el segundo. Esta bipolaridad tiene un fundamento en una pieza de su mecanismo: son productos de compromiso, subrogan tanto a lo reprimido como a lo represor; la subrogación puede inclinarse entonces, más a un lado o al otro, es raro que una influencia falte por completo. En la histeria coinciden, en la neurosis obsesiva s separan en dos tiempos, dos acciones sucesivas que se cancelan.
Con bastante frecuencia se limitan a reanimar una sensación o figurar una fantasía de un complejo sexual, carácter infantil... las objeciones a una ampliación extrema de la satisfacción sexual se reduce a una discusión de lo que es lícito llamar sexual...