Macroeconomía intermedia/Contabilidad nacional

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Contabilidad nacional[editar]

La contabilidad nacional es el registro sistemático y estadístico de la vida económica de un país. A esta contabilidad también se la conoce como contabilidad social.

La contabilidad nacional es por tanto el conjunto de las diversas estadísticas del producto, del ingreso, y de otros conceptos macroeconómicos, presentados en un sistema coherente de cuentas.

El intento de cuantificar, agregar y estimar las diferentes variables económicas originó el nacimiento de la estadística, que tuvo sus primeras manifestaciones en los censos de población del siglo XIII. Por otro lado, la necesidad de medir ingresos y gastos, y de llevar unos ciertos registros de las transacciones comerciales, hizo surgir, también en la Edad Media, la técnica de medición que hoy llamamos contabilidad.

La contabilidad nacional tiene como objetivo ofrecer una representación cuantificada completa, sistemática y detallada de la economía de un país, sus componentes y sus relaciones con otras economías. Se compone de un conjunto coherente e integrado de cuentas macroeconómicas y tablas basadas en una serie de conceptos, definiciones, clasificaciones y reglas contables aceptados internacionalmente.

Los sistemas de contabilidad nacional son relativamente recientes; su necesidad quedó en evidencia tras la publicación de las ideas de Keynes, en 1936, y fueron normalizados internacionalmente y perfeccionados tras la Segunda Guerra Mundial.

Los sistemas de contabilidad nacional de la mayoría de los países siguen el patrón del Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas (SCN), del que actualmente está en vigor la versión de 1993, que sustituyó a la más antigua de 1968. Todos los países miembros de la Unión Europea siguen las directrices, aún más precisas, marcadas por el Sistema Europeo de Cuentas

(SEC), cuya versión de 1995 sustituyó a la más antigua de 1979.

A partir de las estadísticas de base, estadísticas industriales, del mercado de trabajo, del comercio exterior, etc., los técnicos de la contabilidad nacional de cada país estiman los flujos económicos que constituyen el sistema económico. Esta tarea es muy compleja debido a las frecuentes incoherencias en los resultados de las estadísticas de base y las lagunas informativas en algunos sectores.

En la Unión Europea, parte de la contribución financiera de cada miembro (el cuarto recurso propio de la UE) está estimada sobre los resultados de la contabilidad nacional. Es por ello que el SEC debe garantizar que todos los miembros realizan exactamente igual las mediciones. Como la valoración de ciertas magnitudes se presta a veces a diferentes interpretaciones, el

SEC trata de precisar y objetivar al máximo las técnicas de medición y valoración de las variables económicas.

El Sistema Europeo de Cuentas prescribe para los países un cuadro de cuentas para computar las principales operaciones económicas que tienen lugar cada año en los mismos, así como el equilibrio entre magnitudes importantes, los agregados más significativos (que se irán obteniendo como saldos de las cuentas) y, finalmente, el equilibrio de un país con el resto del mundo.

Esta información se sintetiza en las cuentas simplificadas de la nación que suministran una maqueta del funcionamiento macroeconómico de un país, partiendo de sus recursos disponibles al empleo de los mismos. Hacen referencia, después, a la generación, distribución y uso de la renta, llegando a la capacidad (o necesidad) de financiación de la economía con el resto del mundo.

Las cuentas simplificadas de la nación son las siguientes:

1. Cuenta de bienes y servicios[editar]

La cuenta de bienes y servicios de la economía registra los bienes y servicios por origen y todos los posibles empleos de los mismos (consumo intermedio o cualquiera de los empleos finales).

La cuenta consta de dos columnas, y este es el formato estándar de todas ellas. La primera columna se denomina recursos y la segunda empleos.

En recursos se anotan los bienes y servicios a disposición de esta economía, bien obtenidos por producción interna, o por importa ciones. Los diversos empleos de tales recursos aparecen en la parte derecha: consumo intermedio, consumo privado, forma ción bruta de capital y exportaciones.

2. Cuenta de producción[editar]

Esta cuenta es la que permite llegar al autentico flujo de bienes y servicios finales producidos por un país, ya que de la producción de bienes y servicios (que se registra en la parte izquierda de la cuenta) se restan los consumos intermedios, por lo que como saldo se obtiene el valor añadido bruto (VAB).

3. Cuenta de explotación[editar]

La cuenta de explotación es la que indica la distribución primaria del PIB, en forma de rentas de asalariados y el resto -o saldo de la cuenta- es el excedente bruto de explotación (EBE).

4. Cuenta de renta[editar]

La necesidad de esta cuenta deriva del hecho de que parte de la renta interior puede distribuirse a facto res del resto del mundo (RM), por lo que la cuantía que queda a disposición de los residentes en el país puede aumentar o disminuir en función de los saldos netos de tales flujos en ambas direcciones.

Esta cuenta (registra en recursos las rentas generadas por los factores primarios en el interior del país (remune ración de asalariados y excedente). Para el cálculo de las rentas a los factores residentes hay que añadir las rentas y transferencias recibidas del resto del mundo.

Del mismo modo, hay que detraer (parte derecha de la cuenta) las rentas de la propiedad y de la empresa y las transferencias pagadas al resto del mundo.

5. Cuenta de utilización de la renta[editar]

Recoge la renta nacional bruta de un país en la columna de recursos y en la de empleos, los teóricamente posibles: ahorro e inversión. Del mismo modo que los individuos utilizan su renta para consumir y el resto son ahorros, tal es el comportamiento global de los agentes en un país.

6. Cuenta de adquisición de activos no financieros[editar]

Toda economía dedica parte de sus recursos a la acumulación de capi tal, esto es, a obtener bienes que no satisfacen directamente las necesidades humanas, sino que son medios de producción que se emplean para reemplazar a los que se desgastan en el periodo, así como para incrementar la capacidad productiva de la economía con nuevas máquinas e instalaciones, con objeto de obtener un mayor flujo de bienes y servicios en el futuro (formación bruta de capital fijo). Asimismo, en una economía se acumulan diversas existencias de productos finales, intermedios o materias primas (variación de existencias). Pues bien, el ahorro de un país se emplea para financiar la acumulación de capital (formación bruta de capital fijo y variación de existencias, así como la adquisición de objetos valiosos, como joyas o antigüedades), es decir, adquisición de activos no financie ros. Así se representa en la cuenta de adquisición de activos no financieros.

7. Cuenta de resto del mundo[editar]

Esta cuenta permite obtener, finalmente, cuál es la situación de un país con todos los demás (resto del mundo) en términos de operaciones corrientes (flujos de bienes y servicios, rentas y transferencias), así como las ope raciones de capital. No hay que olvidar que esta cuenta se realiza desde el punto de vista del resto del mundo.

En el bloque superior de la cuenta de resto del mundo, denominada cuenta de operaciones corrientes, se anotan en la parte de recursos las operaciones que suponen salidas de divisas para el país (son recursos para el resto del mundo): importaciones, rentas y transferencias pagadas por el país. En la parte de empleos se recogen las operaciones que suponen entrad a de divisas para el país (o recursos que el resto del mundo entrega al país): exportaciones y rentas y transferencias recibidas (se repite que los términos recursos y empleos en esta cuenta están vistos desde el punto de vista del resto del mundo).

El producto nacional y su medición[editar]

El producto nacional (PN) se define como el valor total de la corriente de bienes y servicios finales generados en una economía por unidad de tiempo.

El PN es considerado como la variable macroeconómica fundamental al ser el mejor indicador de los niveles de actividad de una economía. Por tanto, su ritmo de crecimiento expresaría las fluctuaciones cíclicas experimentadas por la economía en cuestión, a lo largo del tiempo. Las principales características del PN serían las siguientes:

  • El PN es una variable flujo: es decir, constituye una corriente de bienes y servicios generados por unidad de tiempo (generalmente un año).
  • El PN es una corriente de bienes y servicios finales: es decir, que incluye:

− Bienes y servicios terminados.

− Bienes y servicios semiacabados (esto es, en proceso de producción).

− Materias primas producidas en el periodo, pero aún no incorporadas al proceso productivo.

Así, para computar la aportación productiva de una empresa o de un país se ha de procurar no contabilizar algunos productos más de una vez.

  • El PN se define como valor total de una corriente de bienes y servicios: así pues, sería el resultado de multiplicar cantidades por precios. Si los precios fuesen los correspondientes al periodo actual, el PN es taría valorado a precios corrientes, mientras que si en la valoración se utilizasen los precios de un periodo determinado, estaríamos en presencia del PN valorado a precios constantes (esto es, los de dicho periodo).
  • El PN incluye únicamente bienes producidos: esto implica que las trans acciones de bienes producidos en periodos anteriores no vendrían recogidas en el PN al considerarse un mero intercambio de activos. Todo ello a no ser, claro está, que en dichas transacciones se hubiese incrementado el valor añadido.

Si bien el PN constituye una medida del grado de bienestar alcanzado en una sociedad, como tal no es en teramente satisfactoria. Esto se debe a que el PN no incluye, por una parte, aquellas actividades que no se llevan a cabo a través del mercado (tales como los servicios de las amas

de casa, trabajos realizados por uno mismo, actividades ilegales, etc.) ni tampoco otros aspectos importantes relacionados con la calidad de vida como el ocio, la polución, etc.

EL PRODUCTO INTERIOR BRUTO (PIB) Y EL PRODUCTO NACIONAL BRUTO (PNB)

Se diferencia entre dos conceptos, dentro de la medición de la producción global en un país.

El producto interior bruto (PIB) es el resultado final de las actividades productivas que tienen lu gar en un país y se puede definir como la comente de bienes y servicios fina les producidos en una economía (territorio económico de un país) en un año y valorada en unidades monetarias. El PIB es, pues, una corriente o flujo y no el patrimonio o la riqueza (que es un fondo) poseído por los habitantes de un país.

Son bienes y servicios reales. El PIB no es un concepto monetario sino una corriente, en su sentido más material, de bienes y servicios. Si en dos años sucesivos se produce la misma cantidad de bienes y servicios, aunque los precios se dupliquen, el PIB permanece inalterado.

La corriente de bienes y servicios se homogeneiza mediante su valoración en la moneda del país o en cualquier otra moneda de general utilización, como el dólar o el euro, ya que es la única forma de homogeneizar y comparar corrientes de patatas, ordenadores, servicios médicos y otros productos, su valoración a precios de mercado y en una unidad de cuenta común. Suele computarse el PIB anual a efectos de las comparaciones internacionales, aunque, por definición, el flujo de bienes y servicios se genera continuamente, por lo que podría seleccionarse la corriente generada a lo largo de cualquier otro período de tiempo.

Se incluyen los bienes y servicios producidos en el interior de un país (con más precisión, en su territorio económico), aunque algunos factores que hayan contribuido a la producción puedan ser propiedad de extranjer os (capital o trabajo de no residentes).

El producto nacional bruto (PNB), por otra parte, es el valor de los bienes y servicios finales producidos por factores de producción de propiedad nacional durante un determinado período. La diferencia entre el PIB y el PNB se debe a que una parte de la producción de un determinado país es realizada por factores de producción de propied ad extranjera.

La diferencia entre el PIB y el PNB corresponde a la renta neta ganada por los extranjeros. Cuando el PIB es superior al PNB, los residentes de un determinado país están ganando menos en el extranjero que los extranjeros en ese país.

El PNB, al igual que el PIB, es el valor de la producción obtenida corrientemente. Excluye, por tanto, las transacciones de las mercancías ya existentes, como los cuadros antiguos o las viviendas ya construidas. Contabilizamos como parte del PNB la construcción de viviendas nuevas, pero no sumamos la compraventa de viviendas existentes. Sin embargo, sí contabilizamos el valor de las comisiones obtenidas por los agentes inmobiliarios en la compraventa de las casas existentes. El agente inmobiliario ofrece un servicio corriente al poner en contacto al comprador con el vendedor, y esto sí es propiamente una parte de la producción corriente.

El PNB valora los bienes a precio de mercado. El precio de mercado de muchos bienes incluye los impuestos indirectos, como el impuesto sobre las ventas o sobre el consumo de un artículo determinado, y, por tanto, el precio de mercado de los bienes no es el mismo que el que recibe el vendedor. El precio neto de impuestos indirectos es el coste de los factores, que es la cantidad que reciben los factores de la producción que fabricaron el bien. El PNB se valora a precios de mercado y no al coste de los factores. Esta precisión se hace importante cuando relacionamos el PNB con las rentas percibidas por los factores de producción.

El principio de valoración a precios de mercado no se aplica de manera uniforme, ya que algunos componentes del PNB son difíciles de valorar. No existe ningún buen método para valorar los servicios del amo o ama de casa o de un corte de pelo hecho por uno mismo o, en este sentido, los servicios de la política o de la burocracia gubernamental. Algunas de estas actividades sencillamente se omiten del PNB corriente, como, por ejemplo, los servicios del ama de casa. Los servicios del sector público se valoran según su coste, de tal forma que se considera que los salarios de los funcionarios constituyen su contribución al PNB. No existe un principio único para tratar estos casos peculiares, sino que más bien se aplican una serie de convenciones.

  • El producto bruto y el neto

El capital se desgasta, es decir, se deprecia, cuando se utiliza para producir. El producto interior neto (PIN) es igual al PIB menos el consumo de capital fijo, que es un indicador de la depreciación. Por lo tanto, el PIN mide mejor la cantidad neta de bienes producida en el país en un determinado período; es el valor total de la producción menos el valor de la cantidad de capital que se ha gastado para producirla. La depreciación normalmente representa alrededor de un 11 por 100 del PIB, por lo que el PIN suele suponer alr ededor de un 89 por 100 del PIB.

Para el producto nacional bruto y neto el razonamiento es el mismo, pero en lugar de considerar la producción del interior del país, se considera la producción que original los factores de propiedad nacional.

  • El producto nominal y real

El PIB nominal mide el valor de la producción correspondiente a un determinado período a los precios de ese período o, como se dice a veces, «en euros corrientes». Por lo tanto, el PIB nominal, por ejemplo de 2009 mide el valor de los bienes producidos en 2009 a los precios de mercado vigentes ese año y el PNB nominal de 1992 mide el valor de los bienes producidos ese año a los precios de mercado vigentes en 1992.

El PIB nominal varía de un año a otro por dos razones. En primer lugar, varía la producción fí-

sica de bienes. En segundo lugar, varían los precios de mercado. Por poner un ejemplo extremo y poco realista, cabría imaginar una economía que produjera exactamente lo mismo dos años entre los cuales se hubieran duplicado todos los precios. El PIB nominal del segundo año sería el doble del PIB nominal del primero, incluso aunque la producción física de la economía no hubiera variado.

El PIB real mide las variaciones que experimenta la producción física de la economía entre períodos diferentes valorando todos los bienes produci dos en los dos períodos a los mismos precios, o sea, en euros constantes. Actualmente, el PIB real de España se mide en la contabili-

dad nacional a los precios de 2000. Eso significa que para calcular el PIB real, se multiplica la pro ducción física actual por los precios vigentes en 2000 para obtener un indicador de lo que habría valido la producción actual si se hubiera vendido a precios de 2000.

Las variaciones del PIB nominal que se deben a las variaciones de los precios no nos dicen nada sobre el comportamiento de la economía en la producción de bienes y servicios. Esa es la razón por la que utilizamos el PIB real en lugar del nominal como indicador básico para comparar la producción de distintos años.

Para el PNB y producto nacional neto (PNN) el razonamiento es el mismo.

Principales fórmulas de contabilidad nacional:

PIBpm=C+I+G+XN

PIBcf=PIBpm-Ti+Sub.

PNBcf=PIBcf+Rfne-Rfen

PNNcf=RN=PNBcf-Amortizaciones

PNNcf=RN=Salarios+Alquileres+Interés+Bº

RPD=RN-(Td+Css+Bnd)+Tr

Rpc=RN/hab.

Magnitudes macroeconómicas y política económica[editar]

La identidad más importante que podemos establecer partiendo de las magnitudes macroeconómicas básicas de una economía es la siguiente:

S – I = (G + TR – T) + XN Siendo:

S = ahorro de la economía

I = inversión de la economía

G = gasto público

TR = transferencias netas

T = impuestos

XN = exportaciones netas (exportaciones – importaciones)

El primer grupo de términos del segundo miembro (G + TR – T) es el déficit presupuestario público. (G + TR) es igual al gasto público total, formado por las compras de bienes y servicios por parte del Estado (G) mas las transferencias del Estado. T es la cantidad de impuestos que recibe. La diferencia (G + TR – T) es la diferencia entre el gasto del Estado y sus ingresos, es

decir, su déficit presupuestario.

El segundo término del segundo miembro es la diferencia entre las exportaciones y las importaciones, es decir, las exportaciones netas de bienes y servicios o exportaciones netas para abreviar.

Esta identidad establece que la diferencia entre el ahorro y la inversión (S – I) del sector privado es igual al déficit presupuestario público más el superávit comercial. La identidad sugiere que existen importantes relaciones entre el exceso del ahorro privado sobre la inversión, el presupuesto del Estado y el sector exterior.

Si el ahorro del sector privado es igual a su inversión, el déficit (superávit) presupuestario del Estado se traduce en un déficit (superávit) exterior equivalente.

Cualquier sector que gaste más de lo que recibe en renta tiene que pedir un préstamo para pagar el exceso de gasto. El sector privado puede disponer de su ahorro de tres formas:

  • Realizar préstamos al Estado, el cual paga con ellos la diferencia entre su gasto y la renta que recibe de los impuestos.
  • Prestar a los extranjeros que nos están comprando a nosotros más de lo que le estamos comprando a ellos.
  • Prestar a las empresas, las cuales utilizan los fondos para invertir.

En cualquiera los tres casos, las economías domésticas recuperan su dinero más tarde y reciben intereses y dividendos, además de la cantidad que prestaron.

La identidad mostrada es útil para ver que los déficits presupuestarios, gran problema de la política económica actual, deben tener una contrapartida: si el Estado gasta más de lo que recibe en ingresos tiene que pedir préstamos, o bien en le país (el ahorro privado es superior a la inversión), o bien en el extranjero (las importaciones son superiores a las exportaciones). La identidad pone de manifiesto que los déficits presupuestarios no tienen por qué ir aparejados a unas exportaciones netas negativas de la misma cuantía. No existe una relación unívoca entre

el déficit público y el comercial.

Las magnitudes macroeconómicas son la pieza fundamental en la que basan la política econó-

mica los estados, en especial para el establecimiento de una coherente y eficaz política fiscal que consiga los objetivos del gobierno en términos de bienestar.

Bibliografía[editar]

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