Introducción a la Biología Celular/Organización molecular y funciones de la membrana plasmática

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Ilustración de la membrana celular de una célula eucariota.

A modo de introducción, las membranas celulares, en su conjunto, son estructuras clave para la célula. En el caso de la membrana plasmática, esta delimita y protege a la célula del ambiente extracelular. Dentro de la célula eucariota, las membranas del núcleo, retículo endoplasmático, aparto de Golgi, mitocondria y otros organelos recubiertos por una membrana, permiten actuar como barrera física entre el contenido de cada organelo y el citosol. Los gradientes iónicos que atraviesan estas membranas, establecidos por ciertas proteínas de membrana específicas, pueden ser útiles para la síntesis de ATP, para el transporte de sustancias específicas u otras funciones.

Asimismo, la membrana plasmática juega un importante rol a través de su función sensorial al informarle a la célula sobre el ambiente extracelular. Esto se logra a través de proteínas receptoras que transmiten información, en vez de moléculas.

Estructuralmente, las membranas biológicas tienen una estructura general común que consiste en una película de moléculas de lípidos y proteínas unidas principalmente por interacciones no covalentes.

Las membranas celulares son estructuras dinámicas, fluidas y la mayoría de sus moléculas se mueven en el plano de la membrana. Las moléculas lipídicas consisten en una doble capa continua de aproximadamente 5 nm de grosor.

Composición y estructura general de las membranas biológicas[editar]

Las membranas biológicas son estructuras que rodean a las células y a los organelos celulares, y tienen como función principal proteger el interior de las células, regular el intercambio de moléculas entre la célula y su ambiente, y facilitar la comunicación entre células.

La composición de las membranas biológicas es principalmente lipídica, siendo los fosfolípidos los lípidos más abundantes en su estructura. Los fosfolípidos son moléculas con una cabeza hidrofílica y una cola hidrofóbica, lo que les permite formar una bicapa lipídica, donde las cabezas están en contacto con el agua y las colas se orientan hacia el interior de la bicapa. Además, las membranas biológicas también contienen otros lípidos, como colesterol, glicolípidos y esfingolípidos, que pueden contribuir a la estabilidad y la fluidez de la bicapa lipídica.

Además de los lípidos, las membranas biológicas también contienen proteínas, que pueden ser de dos tipos: proteínas integrales y proteínas periféricas. Las proteínas integrales están completamente insertadas en la bicapa lipídica y pueden tener dominios hidrofílicos e hidrofóbicos que les permiten interactuar con diferentes moléculas, mientras que las proteínas periféricas están unidas a la superficie de la bicapa lipídica por enlaces electrostáticos o por interacciones hidrofóbicas.

Otro componente importante de las membranas biológicas son los glúcidos, que se encuentran unidos a las proteínas o a los lípidos formando glicoproteínas y glicolípidos, respectivamente. Estos componentes forman el glucocálix, una capa de glúcidos que recubre la superficie externa de la membrana y que tiene funciones importantes en la comunicación celular y en la interacción célula-célula.

En resumen, la composición de las membranas biológicas es compleja y dinámica, y está compuesta por una bicapa lipídica, proteínas y glúcidos, lo que le confiere una estructura y una funcionalidad únicas.

Modelo del mosaico fluido de Singer y Nicholson[editar]

El modelo del mosaico fluido, propuesto por Seymour Singer y Garth Nicholson en 1972, es una teoría que describe la estructura de la membrana plasmática de las células. Según este modelo, la membrana celular está compuesta por una bicapa lipídica en la que se encuentran incrustadas diversas proteínas que le otorgan propiedades únicas y la capacidad de realizar funciones específicas.

La bicapa lipídica está formada por dos capas de moléculas de fosfolípidos, que son moléculas con una cabeza polar hidrófila y dos colas hidrófobas. Estas moléculas se organizan en una estructura de doble capa que forma una barrera impermeable y selectiva que separa el interior de la célula del exterior.

Las proteínas que se encuentran incrustadas en la bicapa lipídica pueden tener diferentes funciones, como la identificación de señales externas, la catálisis de reacciones químicas o el transporte de moléculas a través de la membrana. Estas proteínas pueden estar parcial o completamente insertadas en la bicapa, o bien estar unidas a una sola de las capas de la membrana.

Además de las proteínas y los fosfolípidos, las membranas biológicas también pueden contener otros lípidos, como colesterol o esfingolípidos, que modulan la fluidez y la permeabilidad de la bicapa. También pueden incluir glúcidos, que forman una capa llamada glucocálix en la superficie externa de la bicapa y juegan un papel importante en la comunicación celular y el reconocimiento entre células.

En resumen, el modelo del mosaico fluido describe la membrana plasmática como una estructura dinámica y heterogénea, compuesta por una bicapa lipídica en la que se encuentran incrustadas diversas proteínas y otros lípidos. Esta complejidad estructural permite que la membrana cumpla funciones específicas y esencialmente importantes para la vida celular.

Bicapa lipídica: fosfolípidos de la membrana y sus interacciones[editar]

La bicapa lipídica es una estructura fundamental en la organización de las membranas biológicas. Está compuesta principalmente por fosfolípidos, los cuales son moléculas anfipáticas, es decir, que poseen una región hidrofílica (polar) y otra hidrofóbica (no polar). Los fosfolípidos se organizan en dos capas, una externa y otra interna, en las que las cabezas hidrofílicas de los fosfolípidos se orientan hacia el exterior, mientras que las colas hidrofóbicas se orientan hacia el interior de la bicapa, en contacto con otras colas hidrofóbicas.

La organización de los fosfolípidos en la bicapa lipídica está regulada por interacciones físicas, como las fuerzas de Van der Waals, que estabilizan las colas hidrofóbicas en la zona interior de la bicapa, y por interacciones electrostáticas, que estabilizan las cabezas hidrofílicas en la zona externa de la bicapa. Estas interacciones mantienen la estructura fluida de la bicapa lipídica, lo que permite que las moléculas de fosfolípidos se muevan lateralmente en la membrana, lo que es esencial para la función de la membrana.

Además de los fosfolípidos, la bicapa lipídica también puede contener otros lípidos, como colesterol y esfingolípidos, que contribuyen a la estabilidad y fluidez de la membrana. La composición lipídica de la membrana puede variar entre distintos tipos celulares, lo que influye en las propiedades físicas y funcionales de la membrana.

Proteínas de membrana: modos de interacción con la bicapa lipídica[editar]

Diferentes posibles proteínas de membrana.

Las proteínas de membrana son moléculas que interactúan con la bicapa lipídica de la membrana plasmática de las células, desempeñando diversas funciones en la célula. La manera en que se insertan y se asocian con la bicapa lipídica varía dependiendo de la proteína y de la función que desempeñan.

Algunas proteínas de membrana son proteínas transmembrana, que atraviesan completamente la bicapa lipídica, y están formadas por segmentos hidrófobos que interactúan con los lípidos de la bicapa. Otras proteínas son periféricas, lo que significa que se encuentran solo en una de las dos caras de la bicapa y se asocian con ella a través de enlaces electrostáticos o covalentes con los lípidos y las proteínas transmembrana.

Las proteínas transmembrana suelen ser muy diversas en cuanto a su estructura y función. Algunas forman canales que permiten el transporte de moléculas a través de la membrana, mientras que otras son receptores de señales que activan cascadas de señalización en la célula. Algunas proteínas transmembrana actúan como enzimas que catalizan reacciones químicas específicas en la membrana, y otras forman complejos proteicos que permiten la adhesión entre células y la formación de estructuras de soporte celular.

En general, la bicapa lipídica proporciona un ambiente hidrófobo que es favorable para la interacción de proteínas transmembrana con los lípidos y otros componentes de la membrana, lo que les permite desempeñar sus funciones esenciales en la célula. La complejidad de estas interacciones entre proteínas y bicapa lipídica es un tema activo de investigación en la biología celular.

Microdominios de membrana[editar]

Los microdominios de membrana, también conocidos como balsas lipídicas o rafts de membrana, son regiones de la membrana celular que se caracterizan por su composición lipídica y proteica distinta de la del resto de la membrana. Estas regiones son más ricas en esfingolípidos y colesterol, lo que les confiere propiedades físicas únicas, como una mayor rigidez y espesor.

Los microdominios de membrana también son más ricos en proteínas específicas, como las proteínas GPI (glicosilfosfatidilinositol), las proteínas ancladas a ácidos grasos y ciertas proteínas de señalización. Estas proteínas están organizadas de manera no aleatoria en los microdominios, lo que les permite interactuar y coordinarse entre sí de manera más eficiente.

Los microdominios de membrana desempeñan un papel importante en una variedad de procesos celulares, como la señalización celular, la endocitosis y la exocitosis, y la regulación del metabolismo de lípidos y proteínas. Además, se ha sugerido que los microdominios de membrana pueden actuar como plataformas de ensamblaje para la formación de complejos proteicos especializados, como los complejos de canales iónicos y los complejos de receptores.

A pesar de su importancia funcional, los microdominios de membrana son difíciles de estudiar debido a su pequeño tamaño y a su naturaleza dinámica y heterogénea. Sin embargo, se han desarrollado diversas técnicas para identificar y caracterizar los microdominios de membrana, como la microscopía de fluorescencia y la fraccionamiento bioquímico.

En resumen, los microdominios de membrana son regiones especializadas de la membrana celular que desempeñan un papel importante en la organización y la función de la célula. Su composición única de lípidos y proteínas les confiere propiedades físicas y funcionales únicas que les permiten coordinar procesos celulares específicos de manera eficiente. Aunque su estudio sigue siendo un desafío, se espera que la investigación futura sobre los microdominios de membrana proporcione una comprensión más completa de su papel en la biología celular.

La membrana plasmática como una membrana biológica especializada: estructura y funciones particulares[editar]

Ilustración de la membrana plasmática.

La membrana plasmática es una estructura compleja que se encuentra en todas las células vivas y actúa como una barrera selectiva que separa el interior de la célula del ambiente externo. Esta membrana tiene una estructura en forma de sándwich, formada por una bicapa lipídica compuesta principalmente por fosfolípidos, colesterol y esfingolípidos, con proteínas integradas y periféricas incrustadas en ella, y glúcidos unidos a la superficie externa de la bicapa.

La función principal de la membrana plasmática es controlar el tráfico de moléculas dentro y fuera de la célula, lo que permite a la célula mantener la homeostasis y adaptarse a su entorno. La bicapa lipídica de la membrana plasmática es impermeable a la mayoría de las moléculas cargadas y polares, como iones y azúcares, por lo que los canales proteicos permiten el transporte selectivo de estas moléculas. Las proteínas transportadoras se unen específicamente a las moléculas que se transportan y cambian de forma para llevarlas a través de la membrana.

Además, la membrana plasmática desempeña un papel crucial en la comunicación celular. Las proteínas integradas en la membrana pueden actuar como receptores de señalización que detectan moléculas específicas, como hormonas y neurotransmisores, y desencadenan una respuesta en la célula. También pueden actuar como enzimas y catalizar reacciones bioquímicas en la superficie de la membrana.

Los glúcidos unidos a la superficie externa de la membrana plasmática forman una capa conocida como el glicocálix, que tiene varias funciones importantes. Por un lado, el glicocálix actúa como un marcador celular que permite que las células se reconozcan entre sí y se adhieran a otras células. Por otro lado, el glicocálix protege la membrana de la digestión enzimática.

En resumen, la membrana plasmática es una estructura compleja y altamente especializada que tiene una estructura en forma de sándwich y está compuesta por una bicapa lipídica, proteínas integradas y periféricas, glúcidos y otros lípidos. La membrana plasmática tiene funciones particulares, como controlar el tráfico de moléculas, comunicación celular y protección celular. La comprensión de la estructura y función de la membrana plasmática es esencial para entender cómo las células funcionan y se adaptan a su entorno.


Transporte a través de la membrana[editar]

Comparación de los métodos de transporte por membrana. Existe el transporte pasivo, que incluye la difusión simple y facilitada, y el transporte activo. El diagrama no muestra la endocitosis ni la exocitosis (otro método de transporte de sustancias a través de la membrana plasmática).

El transporte a través de la membrana es un proceso esencial para el funcionamiento de las células y se refiere al movimiento de sustancias a través de la membrana plasmática. Hay dos tipos principales de transporte a través de la membrana: transporte pasivo y transporte activo.

El transporte pasivo es un proceso en el que las moléculas se mueven a través de la membrana plasmática sin utilizar energía celular. El transporte pasivo incluye la difusión simple, la difusión facilitada y la ósmosis. La difusión simple es el movimiento de moléculas pequeñas, como gases y lípidos, a través de la bicapa lipídica de la membrana. La difusión facilitada implica la ayuda de proteínas transportadoras, que permiten el paso de moléculas polares y grandes a través de la membrana. La ósmosis es el movimiento de agua a través de la membrana de una región de baja concentración de soluto a una región de alta concentración de soluto.

Por otro lado, el transporte activo es un proceso que utiliza energía celular para mover sustancias a través de la membrana. El transporte activo incluye la bomba de sodio-potasio, la bomba de calcio, y la endocitosis y exocitosis. La bomba de sodio-potasio es un proceso en el que la célula utiliza energía para bombear iones de sodio fuera de la célula y iones de potasio dentro de la célula. La bomba de calcio es un proceso similar que se utiliza para transportar iones de calcio a través de la membrana. La endocitosis y exocitosis son procesos en los que la célula utiliza energía para tomar o liberar sustancias a través de vesículas membranosas.

En resumen, el transporte a través de la membrana es un proceso esencial para el funcionamiento de las células y se refiere al movimiento de sustancias a través de la membrana plasmática. Hay dos tipos principales de transporte a través de la membrana: transporte pasivo y transporte activo. El transporte pasivo no utiliza energía celular, mientras que el transporte activo requiere energía celular. La comprensión de los diferentes tipos de transporte a través de la membrana es importante para entender cómo las células interactúan con su entorno y mantienen la homeostasis.

Glucoproteínas y glucocálix[editar]

Micrografía de una bacteria en donde se percibe, situado periféricamente y de naturaleza filiforme, el glucocálix.

Las glucoproteínas son proteínas que tienen glúcidos unidos a ellas, lo que las hace diferentes de otras proteínas. Los glúcidos unidos a las proteínas son conocidos como oligosacáridos y están unidos covalentemente a la proteína. La adición de glúcidos a las proteínas se conoce como glicosilación y es un proceso importante en la regulación de la función celular.

Las glucoproteínas son abundantes en la membrana plasmática de las células y se encuentran en la capa externa de la membrana plasmática conocida como glucocálix. El glucocálix es una capa de glúcidos y proteínas que cubre la superficie de las células. Las glucoproteínas del glucocálix tienen una variedad de funciones, incluyendo la regulación de la comunicación celular, la adhesión celular y la protección contra daños externos.

La función del glucocálix es importante en la interacción de las células con su entorno. Por ejemplo, en las células epiteliales que recubren los intestinos, el glucocálix protege la célula de la digestión enzimática y ayuda a absorber los nutrientes. En las células sanguíneas, el glucocálix ayuda a evitar que las células se adhieran entre sí y permite que las células fluyan libremente a través del sistema circulatorio.

Además de su función de protección y comunicación celular, el glucocálix también juega un papel importante en la identificación celular. Cada célula tiene una combinación única de glucoproteínas en su glucocálix que la distingue de otras células. Esta identificación celular es importante en la respuesta inmunitaria y en la identificación de células extrañas o dañadas.

En resumen, las glucoproteínas son proteínas con glúcidos unidos a ellas y se encuentran en la membrana plasmática de las células en la capa externa conocida como glucocálix. El glucocálix tiene múltiples funciones, incluyendo la protección celular, la comunicación y la identificación celular. La comprensión de las glucoproteínas y el glucocálix es importante para entender cómo las células interactúan con su entorno y cómo se producen las respuestas inmunológicas.

Bibliografía sugerida[editar]

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