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Acceso abierto y conocimiento libre en la universidad/El conocimiento como un bien público y bien común

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Unidad 1 / Módulo 1. El conocimiento como un bien público y bien común

En este módulo se abordará la idea del conocimiento como un bien común o compartido; partiendo de la bases teóricas que proponen Bollier (2016), Hess y Ostrom (2016) y Laval y Dardot (2015). Se discuten estas propuestas y se proponen las bases para explicar el paso de los bienes comunes a públicos y privados a través del 'cercamiento de los comunes', y cómo esto también influye en la manera en que se concibe actualmente a la información y el conocimiento. Una pregunta fundamental del módulo es: ¿pueden el conocimiento y la información ser considerados 'comunes' ('bienes comunes')?

El conocimiento como un bien público y bien común

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Bienes privados, públicos y comunes

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Cómo el mercado, los comunes y el Estado conciben los recursos. Bryan Mathers (adaptados por María Victoria Jiménez Sánchez)

Según autores como Laval y Dardot (2015), Bollier (2016), Stacer y Hinchliff Pearson (2020) existen tres formas históricas de gestionar los recursos, así como de compartir las riquezas: "los comunes (gestionados de forma colectiva), el Estado (esto es, el gobierno) y el mercado —con los dos últimos siendo hoy las formas dominantes."[1] Otra forma de agruparlos es como bienes comunes (gestión colectiva), bienes públicos (gestionados por el estado y el gobierno), y bienes privados (gestionados por el mercado o mecanismos asociados al capital).

  • Bienes comunes: También conocidos como 'comunes' o 'procomunes' incluyen recursos tangibles e intangibles de cualquier tipo, pero que son gestionados o administrados por una comunidad. Son "paradigmas que combinan una comunidad determinada con un conjunto de prácticas sociales, valores y normas utilizadas para gestionar esos recursos. Dicho de otra manera, el procomún es un recurso + una comunidad + un conjunto de protocolos sociales. Los tres elementos conforman un todo integrado e interdependiente."[2]
  • Bienes públicos: Son recursos o bienes de interés público, y que están administrados por un ente estatal o gubernamental. Se trata de un "bien que no puede ser reservado por quien lo posee a aquellos que están dispuestos a pagar por él."[3]
  • Bienes privados: Recursos acumulados y gestionados de forma individual, para generar un beneficio económico o mercantil exclusivo para un individuo o grupo reducido. Ocurren durante el 'cercamiento de los comunes' a través de un proceso de acumulación capitalista. Laval y Dardot (2015) sostienen que esto sucede cuando se ejerce "el derecho de propiedad sobre este bien, impedir su acceso a toda persona que se niegue a comprarlo por el precio por él exigido."[3]
Elementos del bien común, según Bollier (2016)
Elinor Ostrom, durante una conferencia de prensa en el marco del Premio Nobel de Economía 2009

Garrett Hardin escribió un ensayo de teoría económica en 1968 denominado La tragedia de los comunes, en el cual señalaba que los individuos racionales que comparten un recurso natural, motivados por la codicia o el interés particular, eventualmente lo agotarían y terminarían por destruirlo.

Sin embargo, hay una seria falla en La tragedia de los comunes de Hardin: es ficticia. Hardin en realidad no estudió cómo funcionan los comunes reales. Elinor Ostrom ganó el Premio Nobel de Economía de 2009 por estudiar diferentes comunes alrededor del mundo. El trabajo de Ostrom mostró que los recursos naturales de los comunes pueden ser gestionados de forma exitosa por comunidades locales sin ninguna regulación por parte de autoridades centrales y sin privatización. El gobierno y la privatización no son las únicas dos opciones. Hay una tercera forma: gestión por las personas, donde aquellas que son impactadas de forma directa están involucradas de forma directa.[4]

El marco conceptual de Ostrom[5] para explicar la administración y gobernanza de los bienes comunes considera cuatro elementos: "las características biofísicas de recursos comunes, los actores de la comunidad y las interacciones que tienen lugar entre ellos, reglas en uso y resultados."[6] Estos elementos interactúan entre sí y se interrelacionan para garantizar el aprovechamiento sustentable de los recursos, lo que explica cómo hay organizaciones humanas que han aprovechado recursos naturales como el bosque, el agua y los alimentos, sin agotarlos por cientos o miles de años.

Cuatro aspectos de administración de recursos: características, personas y procesos, normas y leyes, objetivos.[7]
Los comunes son gradualmente reemplazados por el Estado. Bryan Mathers (adaptados por María Victoria Jiménez Sánchez)

Cercamiento de los comunes

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Bollier (2016), Laval y Dardot (2015), Hess y Ostrom (2016), y demás autores, señalan que los 'comunes' o 'procomunes', constituyen un sistema efectivo de administración de los recursos, el cual ha existido a lo largo de la historia humana. Sin embargo, conforme el sistema de propiedad, monopolio y despojo aumentaba, los comunes también iban menguando. A este proceso de monopolio y acaparamiento de los comunes se le ha denominado 'cercamiento de los comunes'.

Cómo el mercado, el Estado y los comunes se ven al día de hoy. Bryan Mathers (adaptados por María Victoria Jiménez Sánchez)

Bollier señala que el 'cercamiento de los comunes' es un:

proceso a partir del cual las corporaciones despojan los entornos naturales de sus recursos de valor, a menudo con apoyo y autorización del gobierno, y exigen el cálculo de su valor en función de los precios de mercado. El objetivo es que los recursos compartidos y utilizados por muchos pasen a ser a recursos de propiedad y control privados, y tratados como bienes de consumo mercantilizables.[8]

¿Cuáles son los 'comunes'? Según Bollier (citado en Laval y Dardot, 2015) son "los paisajes, el agua, el aire, las ideas, la ciencia, las ondas de radio, Internet, pero también las relaciones sociales, la educación y el compromiso cívico".[9] Se requieren, apunta, "estrategias de protección de los commons contra la invasión del mercado y las prácticas de apropiación que constituyen un «robo silencioso» de lo que a todos pertenece".[9]

A continuación se muestran ejemplos de comunes naturales, espacios públicos y comunes de conocimiento que han sido cercados o cerrados por la intervención del mercado o el Estado.

Cercamiento de los comunes
Tipo de cercamiento Características Ejemplos
Cercamiento de lo natural Recursos naturales que eran parte de los 'comunes', son despojados por alguna fuerza estatal o privada. Ley de Minería de Estados Unidos de 1872[10]
Ley minera de México, reforma de 2005, que permite una concesión de 50 años, con una prórroga de otros 50 años.[11]
Privatización del agua en muchas partes del mundo. En México, desde 1992, las empresas privadas pueden participar en el servicio de abastecimiento de agua potable. Varios municipios de seis estados del país se manejan bajo este esquema: Aguascalientes, Coahuila, Quintana Roo, Querétaro, Puebla y Veracruz.[12]
Cercamientos comerciales de espacios públicos Espacios públicos, generalmente urbanos, que habían sido para el uso de la población en general, y fueron cerrados o convertidos en espacios privados a través de una concesión, fideicomiso o cesión a un particular.[13] Concesión de infraestructura urbana, pagada con dinero público, a empresas privadas. "En Estados Unidos, los inversores consiguieron una concesión a 99 años sobre un largo tramo de la autopista interestatal 90 en Indiana y de la carretera «Chicago Skyway», y convirtieron ambas en autopistas de peaje."[14]
Cercamientos del conocimiento y la cultura Información, conocimiento, datos, saberes humanos (bienes intangibles), cerrados y controlados por compañías a través del copyright y los derechos de autor. La ASCAP, en 1996, amenazó a campamentos de verano infantiles por usar en sus cánticos música protegida con copyright.[15]
Protesta en contra de la privatización del agua en Puebla. Foto: Padaguan (2013)

En su ensayo El feminismo y las políticas de lo común, Silvia Federici hace hincapié en que hay que tener cuidado con el uso del término 'bien común' por parte de algunas instituciones. Por ejemplo, el Banco Mundial y la ONU hablan de 'comunes globales' para referirse a las selvas y los mares; y bajo este pretexto, instruyen a gobiernos a crear reservas ecológicas que expulsan a poblaciones que habían vivido en estas durante siglos; y, por otro lado, promoviendo el ecoturismo y la extracción bajo los designios del mercado. Ante este panorama, Federici insta a generar una perspectiva feminista de los bienes comunes, pues son las mujeres, quienes han estado más comprometidas con la defensa del territorio y los recursos comunes, generando estrategias para sostener sus comunidades.[16]

Una de las características de estos nuevos movimientos de mujeres es que reflejan un proceso de radicalización política. Las mujeres son cada vez más conscientes de que su activismo no solo tiene que proteger la vida de sus comunidades ante la actividad de las compañías transnacionales y luchar por la soberanía alimentaria o, por ejemplo, en contra de la manipulación genética de las semillas creando un banco de semillas. También tiene que convertir el modelo de desarrollo económico en un modelo respetuoso con los seres humanos y la tierra. Saben que los problemas a los que se enfrentan no surgen solo de una política concreta o de las empresas, sino que tienen su origen en la lógica mercenaria de la acumulación capitalista, la cual, incluso cuando promueve una «economía verde», está convirtiendo la limpieza del medio ambiente en un nuevo campo para la especulación y la obtención de beneficios.[17]

Para ahondar en este tema, se recomienda revisar el libro Territorios para la vida. Mujeres en defensa de sus bienes naturales y por la sostenibilidad de la vida (2021).[18]

Esquema de los bienes privados, públicos y comunes
Esquema de los bienes privados, públicos y comunes

El conocimiento como bien común

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Uno de los asuntos problemáticos del 'conocimiento' es su almacenamiento, captura, distribución y uso, como lo ha señalado Burke (2014)[19]. Los 'comunes tradicionales' pueden estar amenazados por la sobreexplotación, la acumulación privada o la competencia. Este tipo de comunes es escaso, por distintas condiciones físicas, medioambientales o culturales; a diferencia del conocimiento y la información.

Hess y Ostrom[20] teorizaron al respecto del conocimiento como un común o 'conocimiento compartido'. Llegaron a la conclusión de que el conocimiento no es un bien escaso, ni excluyente; sin embargo, se puede administrar como un 'común', ya que a partir de su fijación en un medio físico (análogo o digital) se le ha confinado o cercado como un bien privado (libros, revistas, discos, etc.) a partir de los 'derechos de autor'.

Según Charlotte Hess y Elinor Ostrom, el problema fundamental del conocimiento se reduce hoy en día a un problema de captura digital. Mientras que [...] el conocimiento es un bien público, al mismo tiempo no exclusivo y no rival, existen medios técnicos para convertirlo en un bien que sea la propiedad exclusiva de un poseedor que no acepte cederlo salvo la condición de un pago. Puesto que es capturable por las nuevas tecnologías, el conocimiento es asimilable a un recurso común muy parecido a los comunes naturales.[21]

En este sentido, el conocimiento puede convertirse tanto en un bien privado, público o común. Según Laval y Dardot, el problema radica en que, en términos económicos, el conocimiento es un ente ambiguo, pues puede ser tanto ideas, datos, información o conceptos.[22] Por otro lado, Bollier (2016), ha señalado que el conocimiento ha sido cercado de maneras múltiples a partir de la propiedad intelectual, las patentes y la privatización del conocimiento:

La cada vez mayor privatización de conocimientos académicos origina el fenómeno de las «marañas de patentes», es decir, conjuntos de derechos de patente tan densos y enrevesados que resulta verdaderamente difícil saber quiénes son los titulares y quién está autorizado a utilizar dichas licencias.[23]

A partir de la privatización, los derechos de propiedad y la comercialización, se ha puesto en riesgo al 'conocimiento como un común'; pues con esto se desarticulan las posibilidades de una gestión colectiva de los recursos de información y conocimiento. Sin embargo, a partir de prácticas como los movimientos de software libre, colectivos en Internet, organizaciones por el conocimiento libre y el acceso abierto a publicaciones científicas; se han abierto diversas posibilidades para lograr una gestión que distinga el conocimiento y la información de la 'lógica propietaria'. Hess y Ostrom proponen hacerlo desde diversos planos, como la autoorganización de comunidades de saberes, utilizando como principio las nuevas tecnologías de la información,[24] hasta la acción colectiva y la gobernanza comunitaria.[25]

Conocimiento libre

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De la misma forma en que el software libre aspira a crear un ecosistema abierto imposible de cerrar, el movimiento de 'conocimiento como bien común' debería aspirar a algo equivalente. El software libre lo ha hecho generando licencias abiertas, pero que no puedan ser controladas por un ente monopólico. Aún así, parte del movimiento de 'código abierto' ha sido reutilizado por software propietario, volviendo a monopolizar parte de los desarrollos colectivos.[26]

El conocimiento libre es un movimiento que utiliza los principios de los 'comunes', desarrollando proyectos abiertos, libres, colaborativos, participativos, accesibles y de gestión colectiva, para poner en circulación el conocimiento humano y, así, garantizar su desarrollo en beneficio de todas y todos.

Diferentes activistas y estudiosos del tema han realizado contribuciones por el acceso abierto, el común de conocimientos y el conocimiento libre. Uno de ellos fue Aaron Swartz, programador e impulsor de distintas iniciativas en Internet, cuyo eje central era el hacer accesible el conocimiento, poniéndolo a disposición de cualquier persona. El caso de Swartz es importante, pues muestra que las instituciones y el poder económico pueden hacer cualquier cosa con tal de seguir teniendo el monopolio de la información. En 2010, Swartz desarrolló un script para descargar archivos de JSTOR, un repositorio comercial de artículos académicos, que puso en marcha en el MIT. Swartz aprovechó que los usuarios del MIT podían tener acceso al repositorio de JSTOR, y descargó 4,8 millones de artículos a su laptop. Debido a sus antecedentes, Swartz fue emboscado por las autoridades, quienes habían colocado una cámara para incriminarlo. El 11 de julio de 2011 fue arrestado y acusado de varios cargos graves, que lo llevarían a enfrentar una pena de hasta 50 años de prisión y una multa de más de 4 millones de dólares. Aunque la pena podía reducirse si él aceptaba su culpabilidad, y MIT y JSTOR retiraron los cargos, Swartz se suicidó el 11 de enero de 2013.

Conclusión del módulo

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En términos generales hay un reconocimiento del conocimiento como un bien común y compartido; particularmente a partir de la aparición del Internet y la información digital, que facilitó enormemente la publicación de información, resultados de investigación y la comunicación entre usuarios.

Sin embargo, los sistemas de cerramiento, como las leyes de propiedad intelectual, la comercialización de la información y el monopolio de la distribución del conocimiento, siguen estando presentes. Como se verá en los siguientes módulos, el camino de la ciencia abierta y el conocimiento común está lleno de complejidades y problemáticas que hay que conocer, para así promover mejoras y adaptar los sistemas de divulgación académica.

Una pregunta que puede detonar el diálogo es: ¿Pueden las universidades, especialmente las universidades públicas, convertirse en entes que generen acciones para garantizar que el conocimiento continúe siendo un bien común?

Referencias

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  1. Stacer y Hinchliff Pearson, 2020, p. 21.
  2. Bollier, 2016, p. 24-25.
  3. 3,0 3,1 Laval y Dardot, 2015, p. 161.
  4. Stacer y Hinchliff Pearson, 2020, p. 30.
  5. Ostrom, 2000.
  6. Stacer y Hinchliff Pearson, 2020, p. 23.
  7. Stacer y Hinchliff Pearson, 2020, p. 24.
  8. Bollier, 2016, p. 43.
  9. 9,0 9,1 Laval y Dardot, 2015, p. 120.
  10. Bollier, 2016, p. 45.
  11. «Ley minera». Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. 2022. Consultado el 2022-10-12. 
  12. «Pueblos se pronuncian contra privatización del agua». Desinformémonos. 2022-06-11. Consultado el 2022-10-13. 
  13. Bollier, 2016, p. 59.
  14. Bollier, 2016, p. 65.
  15. Bollier, 2016, p. 70.
  16. Fedirici, Silvia (2021-05-20). «El feminismo y las políticas de lo común» (en español de España). Consultado el 2022-10-18. 
  17. Federici, 2020, p. 205.
  18. Calderón Cisneros, Araceli; Olivera Bustamante, Mercedes; Arellano Nucamendi, Mauricio (2021). Territorios para la vida. Mujeres en defensa de sus bienes naturales y por la sostenibilidad de la vida. Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica. ISBN 978-607-543-130-7. doi:10.29043/cesmeca.rep.1031. Consultado el 2022-10-18. 
  19. Burke, 2014.
  20. Hess y Ostrom, 2016.
  21. Laval y Dardot, 2015, p. 186-187.
  22. Laval y Dardot, 2015, p. 181.
  23. Bollier, 2016, p. 79.
  24. Laval y Dardot, 2015, p. 188.
  25. Hess y Ostrom, 2016, p. 40.
  26. Stallman et al., 2005.

Fuentes de consulta

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