De la economía política a la antropología económica

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De la economía política a la antropología económica

Título De la economía política a la antropología económica
Autores Hugo Trinchero
Alejandro Balazote
Año 2007

Capítulo I. Trayectorias del sujeto económico[editar]

La antropología económica aparece como disciplina específica a partir de la segunda guerra mundial. Se construye como un campo de reflexiones y análisis, producto de investigaciones en torno a las prácticas e instituciones consideradas «económicas» en las sociedades tradicionalmente estudiadas por los antropólogos: las sociedades primitivas.

La mayoría de los antropólogos economistas discutieron sobre la validez o no de la traslación de las categorías económicas a las socs. primitivas. Y se reproducían problemáticas ya enunciadas en las teorías económicas (antropología económica como un espacio de validación o refutación de aquellas).

Economistas desarrollistas: (tradición clásica de la economía política) la «riqueza de las naciones» conducirá a al riqueza de los pueblos

Economistas subjetivistas y marginalistas: (neoliberales) la riqueza es un producto de decisiones racionales de los agentes económicos.

Economía política clásica[editar]

Existe un orden natural en la sociedad, que debe encontrarse como fundamento de la autorregulación. («naturaleza humana»/»propensión natural del hombre al intercambio»). Las concepciones teóricas del valor ocupan un lugar central. Las concepciones en torno al valor del trabajo tendrían dos anclajes paradigmáticos: como fundamento de la conformación de precios de las mercancías pero también como una categoría central en la configuración de la nueva doctrina.

Conocidas las leyes fundamentales (económicas) que regularían la sociedad, la política dejaría de estar sujeta a arbitrariedades. Los destinos de la sociedad dejarían de estar sujetos a la regulación estatal.

En las doctrinas clásicas, los precios reales se construirían en torno a un «precio natural» y aquellos variarían en torno a esto de acuerdo con los mecanismos de la oferta y la demanda.

El esquema partía de la existencia de tres «factores» que intervendrían en la producción moderna de las mercancías: el trabajo (trabajador, salario), el capital (capitalista, intereses) y la tierra (terrateniente, renta). Cada uno de estos factores de la prod. pretende «naturalmente» una redistribución. El precio natural es el precio mínimo que exige cada factor que interviene en el proceso de producción, estaría dado por la fluctuación de los precios hacia el punto de equilibrio. La riqueza pasó a ser considerada como el resultado de la libre circulación de aquellos factores de la producción que intervenían en la producción de mercancías. Los factores de producción (capital, tierra y trabajo) aportaban una cuota al valor o precio natural de las mercancías. Hay en la economía política clásica un doble movimiento en la configuración de los modelos y categorías sociales y económicas sutilizadas. Por un lado la referencia a un orden natural y a determinadas propensiones humanas se asienta en una visión de los primitivo en analogía con lo natural, y por el otro lado, la voluntad, encarnada en la razón y el conocimiento científico que mostrará la lógica y funcionamiento de dicho orden para que la política económica siga sus pasos.

Fisiócratas (1757, Francia)[editar]

La escuela fisiocrática fue la primera en sistematizar la idea de un orden natural en el campo de la economía con la intención de anteponer dicho orden al divino y así quitarle legitimidad al Estado absolutista monárquico. (Los Fisiócratas intentan hacer una analogía entre la fisiología del cuerpo y una "fisiología" social natural).

Este grupo de autores liderados por François Quesnay considera a la naturaleza como productora del excedente y es por eso que la actividad productiva por excelencia sería la agricultura.

Dado que el excedente es un don de la tierra, son sus propietarios quienes tienen derecho natural a apropiárselo. Son ellos, además, quienes establecen las condiciones clave para la generación de aquél, proporcionando la tierra, las condiciones tecnológicas necesarias y la administración de la producción. En esta justificación del derecho de la clase terrateniente al excedente se vislumbra un discurso ideológico que se viste de científico y se propone explicar el orden de la sociedad como natural y organizado por los mecanismos de funcionamiento de la economía. Orden que estaría compuesto por 3 clases de ciudadanos: os propietarios, la clase productiva y la clase estéril.

La clase productiva, por su parte, la que hace renacer mediante el cultivo las riqueza de la tierra. Es el mediador entre naturaleza y terrateniente. Es un instrumento más entre los insumos necesarios para obtener los dones de la naturaleza, y como toda herramienta, es necesario garantizar su utilidad. Por lo tanto su salario queda reducido a lo mínimo indispensable para su reproducción biológica.

El diferencia producto de la satisfacción de esas necesidades básicas mínimas se le asigna al propietario en forma de renta y se utiliza para la reproducción del proceso productivo, lo que implica la compra de insumos a la clase estéril.

Ésta es la que se dedica a servicios diferentes a la agricultura, tales como la producción de insumos materiales (herramientas por ejemplo) para la producción agrícola, de vestimentas y artículos de lujo.

Ésta doctrina niega toda noción sobre el valor del trabajo del labrador, trasladando su capacidad de producir excedente a la naturaleza. Así, es al producto de la tierra al que se atribuye un valor en dinero (valor venal) con el fin de hacer posible su circulación en el mercado y su posterior transformación en renta para la burguesía terrateniente.

Adam Smith (1776, Inglaterra)[editar]

Contexto: nueva realidad constituida por las relaciones de producción capitalista. Emergen nuevas preocupaciones en torno al intercambio y a la formación de los precios. En este contexto, la teoría del valor responde al requisito de dar cuenta de la formación de los precios bajo las condiciones específicas de la producción capitalista, es decir, el intercambio entre capital y trabajo y a las condiciones de reproducción ampliada de dicha relación a través d e la reinversión.

Smith se interesa desde el inicio por el comportamiento humano. Si bien su semejanza con los fisiócratas radica en que ambos quieren explicar la sociedad como un orden natural, contienen algunas diferencias:

  • Mientras que para los fisiócratas el orden natural corresponde a la organización de la sociedad a partid de grupos sociales formulados en términos de clases, para Smith el punto de partida constituye el análisis de las motivaciones psicológicas de los sujetos, «comunes a todos los hombres». Es el libre ejercicio de esas motivaciones las que ordenan «naturalmente» la sociedad, funcionando en beneficio de la nación en su conjunto.
  • Si la atención de los fisiócratas era la capacidad de la naturaleza de brindar el excedente necesario para la reproducción de la sociedad en su conjunto, para Smith el enfoque estaba puesto en los intereses personales operando como fuerzas de mercado capaces de establecer la armonía social por la vía de la oferta y la demanda: la mano invisible que tiende al orden social sin intervención estatal.
  • Mientras que para los fisiócratas el trabajo de manufacturas era improductivo, para Smith este trabajo sí produce riquezas. Es lógico que, mientras los primeros se referían a la clase estéril artesana de Francia, Smith hace su plateo en pleno desarrollo de la producción de los talleres manufactureros en la Inglaterra capitalista en auge. Así, Smith propone que es precisamente el trabajo industrial y su capacidad de incrementar la producción por la división del trabajo el que es capaz de generar excedentes. Pero, al igual que los fisiócratas, lo determinante para la distinción entre trabajo productivo e improductivo, es el criterio de la producción de excedentes: aquello que excede la manutención del trabajador. Para Smith es productivo aquel trabajador que agrega valor a la materia que puede ser intercambiada, una mercancía.

En resumen, Smith desarrolla la teoría fisiocrática, pero trasladando el nivel de determinación desde el orden natural de la sociedad hacia la naturaleza psicológica de los individuos. El modelo de la ambas economías políticas, la fisiocrática y la smithiana, es circular, puesto que la persecución de los intereses de los sujetos económicos no implica la emergencia de conflicto alguno entre ellos. Mediante la libre circulación de sus productos y capacidades, la tendencia que genera el proceso de oferta y demanda es hacia el orden natural.

Desarrolla dos teorías del valor, contradictorias entre sí:

  • Valor = cantidad de trabajo contenido en un objeto
  • Valor = cantidad de trabajo por la que se puede cambiar un objeto. Es este valor de cambio sobre el que construirá su teoría económica.

La búsqueda de una medida invariable para formar los precios, hace que Smith rechace la propuesta de los fisiócratas del valor venal (ver contexto). El trabajo era pues una media constante. Para la economía política clásica, el trabajador es propietario natural de su trabajo, el terrateniente es propietario natural de la tierra y el capitalista, del capital.

Así, la economía política clásica inauguraba el discurso del sujeto económico (en términos de propietarios de bienes recíprocamente necesarios que se intercambian) y del Estado (como acuerdo emergente de la sociedad civil, un pacto entre propietarios que ceden algo de sí mismos, aportando al sostenimiento del orden social). El trabajo era el elemento «originario» a partir del cual el hombre realizaba sus intercambios.

Se inaugura además un discurso antropológico económico anclado en una supuesta «naturaleza» equitativa de los intercambios entre los hombres «salvajes y puros», en términos roussonianos. Se pretende buscar la medida natural, el «valor natural» al cual se debe tender, en las 2sociedades primitivas».

El valor del precio natural estaría dado por la confluencia aditiva (la suma) de las retribuciones necesarias a los factores de producción intervinientes:

  • Trabajador: salario
  • Terrateniente: renta
  • Capitalista: interés

Los precios del mercado fluctúan siempre en torno a este precio natural.

La tesis de Trinchero es que el cambio de Smith entre una supuesta teoría del valor a partid del trabajo contenido en una mercancía y una segunda teoría basada en la sima de los factores intervinientes en al constitución del «precio natural» por el que se intercambian las mercancías, no necesariamente constituye una contradicción dentro de la lógica smithiana. La renta y el capital, son para Smith retribuciones naturales, merecidas, a los sectores que aportan a la formación de la riqueza. Esto exige un «sacrificio» del ahorro de los capitalistas, una disposición de las tierras propiedad de los terratenientes, y el trabajo asalariado exigido para la producción de mercancías. Los tres propietarios intervienen en la formación de valor.

Para Smith, al igual que para los fisiócratas, no es el trabajo el productor de la ganancia, sino el capital en tanto agente activo y autónomo capaz de generar las condiciones de la producción. El trabajo es productivo sólo si es movilizado, puesto en producción, por el capital. La teoría del valor trabajo de Smith se limita al trabajo en tanto mercancía la servicio del capital.

La exigencia de la producción de mercancías es entendida por Smith como una exigencia moral en tanto supone a la circulación de lo bienes como el basamento de toda riqueza. Nuevo modelo de moralidad: está inscrita en el orden natural al que necesariamente tienden las acciones de los individuos independientemente de alguna voluntad exterior a sus propios intereses. Esta nueva mopralidad es la base para una medida natural del valor.

David Ricardo (1815, Inglaterra)[editar]

Centra su atención en el análisis específico de las relaciones entre Ganancia, Renta y Salario. Para Ricardo es fundamental la relación inversa que existe entre el beneficio y la renta.

  • La tasa de beneficios se determina por la disponibilidad de tierras productivas lo que configura la tendencia de la capacidad productiva del trabajo.
  • La relación inversa entre renta y beneficio implica una transferencia de los beneficios del agricultor al terrateniente.

El beneficio estaba expresado como una simple proporción del producto respecto a los salarios, proporción que iba disminuyendo a medida que el margen se extendía y declinaba el producto de un día de trabajo.

Beneficio: razón entre el producto general de granos y los salarios en el margen menos productivo de la producción agrícola.

Parte del supuesto de que hay un límite «natural» en la productividad de las tierras cultivadas, hay cinco categorías de tierras ordenadas de mayor a menor fertilidad. El costo por el contrario evoluciona inversamente, aumenta a medida que la fertilidad el suelo disminuye. Las tierras menos productivas requieren de una inversión mayor.

  • La renta es un desprendimiento del beneficio y la relación entre ellos es inversa.
  • La producción en el margen agrícola (las tierras fértiles) determinan por sus costos elevados, los precios del mercado.

Hay una determinación que parece ser anterior al funcionamiento del mercado tanto de la tasa de beneficio, como de los precios. Lo que causa la disminución de beneficios es el aumento global de la renta y los rendimientos decrecientes.

Lo importante era determinar el nivel de la tasa de ganancia como un desprendimiento del salario real constante. El precio natural de la mano de obra es aquel que permite a los trabajadores subsistir y perpetuar su raza. Está determinado por la naturaleza misma de la producción de las mercancías de subsistencia, que en razón de la tendencia decreciente de la productividad e la tierra eleva sus costos. En semejante perspectiva la renta diferencial se constituye como una categoría «natural» de toda producción y como tal sujeta a mecanismos supuestamente universales.

Se oponía a la continuación del desarrollo de la renta, como consecuencia del efecto derivado de la relación entre el aumento de la demanda de granos y las restricciones propias de la productividad decreciente que implica la extensión de la producción hacia nuevos márgenes de cultivo y a partir de esto la creación de más altos niveles globales de renta. Las concepciones ricardianas se proponían limitar coyunturalmente la expansión de los intereses de la clase terrateniente para favorecer el desplazamiento de los excedentes hacia la nueva burguesía manufacturera. Ricardo intentó compatibilizar los intereses de la nueva burguesía con los intereses generales de la comunidad. Su propuesta estaba dirigida por la necesidad del aumento del beneficio y, coyunturalmente, este aumento solo era posible por la disminución de las barreras aduaneras y el desarrollo tecnológico del campo.

Pone en contradicción un proyecto de expansión de la renta con el beneficio pero también relaciona inversamente los beneficios con los salarios, la tendencia decreciente de la tasa de ganancia está relacionada con el aumento del «valor» del salario por el deterioro de las condiciones de producción de las mercancías que componen el salario real.

Al desarrollar Ricardo un modelo de relaciones entre beneficio y renta, y beneficios y salarios parte del supuesto de que la organización social «natural» y por lo tanto universal del hombre es la sociedad capitalista.

Capítulo II. El debate entre formalistas y sustantivistas y sus proyecciones en la antropología económica[editar]

La antropología económica nace presuponiéndose como una interdisciplina, intercambiando conceptos, información y conocimientos entre las ciencias económicas y antropológicas. Se configura como una disciplina específica de la antropología social hacia los primeros años de la segunda posguerra mundial. El surgimiento de la antropología económica tiene como referencia insoslayable el debate entre formalistas y sustantivistas, en torno a la aplicabilidad o no de la teoría económica moderna a las sociedades estudiadas por los antropólogos.

Sin cuestionarse este lugar tradicional, la mayoría de los antropólogos se pusieron a discutir la validez o no de la traslación de las categorías económicas a las sociedades primitivas.

La economía ha sido constituida como un saber normativo antes que explicativo, lo cual se evidencia en la pretensión de la universalización de su propia teoría. Por ello se debe estar alerta de esta capacidad hegemónica en tanto discurso dominante de configurar a la antropología económica como reproducción ampliada de la teoría económica.

El método de la económica y sus teorías ha conducido a la negación sistemática de la historicidad de sus categorías. Se recurre permanente y necesariamente a concepciones esencialistas en torno al hombre o a la sociedad.

Si se acepta que el hombre genérico emerge de ciertas categorías de reflexión dentro de un marco particular; entonces trasladar esta categoría que surge de la sociedad capitalista hacia otras sociedades, más que un problema de orden metodológico es un problema de orden sociológico.

Uno de los desafíos de la antropología económica en la actualidad es el reconocimiento de las enormes desigualdades y heterogeneidades producidas por el proceso de globalización. Se debe construir el mapa etnográfico de este proceso expansivo, en conjunto con las ciencias sociales. En el mapa lo primitivo ya no puede sostenerse en comunidades lejanas y exóticas, sino en el entramado inherente al propio sistema capitalista.

Antropología económica en Argentina: tras la reinstauración de la democracia, el aporte de profesores formados en el exilio resulto muy importante. A mediados de los 80 se veía una antropología económica en crecimiento, y comenzaban a desarrollarse las primeras investigaciones locales. Las problemáticas estudiadas se centraban en la producción y distribución del producto en determinadas áreas económicas, mientras que el consumo era escasamente abordado. La estructuración de los contenidos docentes fue organizada respondiendo a la clásica tensión entre las perspectivas particulares y la formulación de principios universales de validación.

La producción teórica y la reflexión crítica estuvieron relativamente delegadas en los 80. Se trataba de actualizarse, de discutir el significado de las categorías utilizadas en otros contextos, de integrarse a debates. Esta tendencia cambia a principios de los 90, a la vez que se inician los trabajos investigación y la necesidad de sostener hipótesis de trabajo referenciadas y situaciones y problemáticas especificas. Se produce una reconfiguración de la antropología en general y de la antropología económica en particular, recogiendo la enseñanza de quienes se habían opuesto a la hegemonía de la fenomenología. Se trataba ahora de una practica teórico metodológica que formula la constitución de un programa de investigación para comprender procesos históricos cuya totalidad es imposible de separar.

La redefinición teórica debe contemplar no solo una nueva relectura critica de la producción gestada en ámbitos externos sino propiciar la elaboración de instrumentos teóricos metodológicos que permitieran dar cuenta del nuevo escenario. Si antes quedaba claro que Estado y Mercado no constituían compartimentos estancos, ahora resultaba imprescindible pensar antropológicamente esta relación.

La antropología económica superaba en el ámbito domestico su estigma fundacional que la confinaba al estudio de la economía de los pueblos primitivos sino porque la emergencia de determinadas problemáticas locales, regionales y nacionales reclamaban imperiosamente su tratamiento.

Tareas pendientes de la antropología económica:

  • Continuar con la tarea de conformar una propuesta teórico metodológica que permita a la antropología económica dar cuenta no solo de dinámicas micro sino también insertarse en el análisis de variables macro para comprender las interrelaciones entre ambos niveles de análisis.
  • Propiciar la realización de proyectos que incluyan ámbitos urbanos.
  • Propiciar investigaciones que remitan al consumo.
  • Esforzarse por plantear con mayor claridad las complejidades que contienen las relaciones entre lo económico, lo político y las representaciones en nuestra sociedad no ya para evitar el cuestionamiento teórico de economicistas, sino porque resulta imprescindible para comprender la globalidad de los procesos históricos que toca analizar.
Formalistas

Las diferencias entre las economías de las distintas sociedades son solamente de grado y no de fondo. Parten de la economía marginalista e intentan utilizar sus categorías al estudio de las economías primitivas.

Von Mises considera al hombre como un individuo que busca maximizar su bienestar personal, para lo cual va intercambiando productos que le resulten de menor utilidad por aquellos que tengan mayor utilidad para él. El hombre es un sujeto que elige y actúa en función de ciertos deseos que están fuera del análisis económico. Estos deseos son conocidos por introspección. Por lo tanto el conocimiento de la sociedad no puede ser empírico, sino que debe partir del conocimiento que todos tenemos de los seres humanos. Además, el conocimiento es visto como un desarrollo deductivo a partir de estos supuestos (por ello Polanyi los llamó como formalistas).

Para los formalistas, la economía no es una ciencia empírica. Su función es establecer un patrón de conducta individual racional que sirve como punto de comparación con la conducta real de la gente, quedando entonces como un punto de llegada, como algo a alcanzar, una normativa.

Sustantivistas

Para Polanyi la palabra economía tiene dos significados: uno formal se refiere a una relación lógica entre medios y fines. El otro, que denomina sustantivo, se refiere a la necesidad que tienen los seres humanos de interactuar entre sí y con el entorno físico para su subsistencia.

Según Polanyi en muchas sociedades primitivas no existe la necesidad de efectuar elecciones, dado que muchos actos se realizan en función de la costumbre y la tradición. Por lo tanto no se trata de estudiar cómo se realizan las elecciones individuales sino de entender los procesos institucionalizados de interacción entre los seres humanos y de estos con el medio ambiente para satisfacer las necesidades materiales de la sociedad humana. A su vez, en las sociedades primitivas no hay forma de separar lo económico de lo social y político.

Las formas de integración de las economías humanas son: reciprocidad (que implica la existencia de dos o más subgrupos simétricos relacionados recíprocamente directa o indirectamente), redistribución (se produce cuando los bienes se dirigen hacia un centro y luego son distribuidos de acuerdo a la costumbre, la ley, o una decisión central) e intercambio (movimiento bidireccional de bienes entre personas que buscan su máximo beneficio). El funcionamiento de estas formas no es ajeno a las estructuras institucionales donde funcionan. Por lo tanto, el análisis no puede partir del individualismo metodológico en tanto que estas instituciones no son el producto de la sumatoria de ciertas acciones individuales.

Para Polanyi los sistemas de mercado no tienen su origen en operaciones de truque individuales, sino mediante otros mecanismos.

Los sustantivistas en general, y Dalton en particular, le cuestionan a los formalistas el supuesto de que las necesidades del ser humano son siempre superiores a su capacidad de satisfacerlas. Para Dalton, la escasez (característica esencial del bien económico dentro de la corriente formalista) es una característica de cierto tipo de sociedades.

Godelier le criticara a Polanyi el hecho de quedarse en el nivel empírico y en las formas de distribución, sin analizar las relaciones de producción subyacentes.

Capítulo III. La noción de racionalidad económica según M. Godelier[editar]