Introducción a la psicología/Procesos psicológicos básicos

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Lección 8
Procesos psicológicos básicos

Los seres humanos interactúan con el mundo mediante operaciones corporales y procesos mentales.[1] Los procesos mentales incluyen el procesamiento de la información proporcionada por los sentidos, el almacenamiento de información, el razonamiento, la toma de decisiones para reaccionar adecuadame problemas. La psicología cognitiva moderna se encarga del estudio de estos procesos, pero a diferencia de su predecesora del siglo XIX, no se basa en la introspección. La psicología cognitiva moderna estudia las conductas del ser humano, interpretadas en función de estos procesos y en conjunto con la neurociencia cognitiva busca explicar los procesos en función del funcionamiento fisiológico del cerebro.[2]

Los procesos mentales o cognitivos son muy complejos e interactivos. No existen puntos específicos en los que se pueda decir que uno concluye y otro inicia. Sin embargo, con fines didácticos es posible agruparlos en 4 áreas diferentes en base al proceso que realizan sobre la información que las personas reciben del medio ambiente.[3] Los procesos relacionados a la captura de información (sensación, percepción y atención) reciben la información del medio y la ponen a disposición de los otros procesos. Los procesos relacionados a la reacción (emoción y motivación) toman la información y llevan a las personas a tomar acciones. La memoria es el proceso relacionado con el almacenamiento de la información y los procesos relacionados a su procesamiento (aprendizaje, pensamiento, lenguaje e inteligencia) nos permiten analizar tanto la información almacenada como la nueva información capturada por los sentidos para adaptarnos y modificar el ambiente.

Sensación[editar]

La sensación es el proceso que engloba la captura de información por parte de los sentidos (vista, oído, gusto, olfato, dolor, presión, temperatura, propiocepción, etc.) y su poca transmisión hacia el cerebro. Se interesa por los mecanismos mediante los cuales los órganos receptores (ojos, oidos, etc.) reciben los estímulos y los codifican para trasmitirlos al cerebro mediante las neuronas aferentes, especialmente en la magnitud mínima que debe tener un estímulo para que pueda distinguirse con seguridad de la ausencia del mismo, conocida como umbral absoluto y en la diferencia mínima que debe haber entre dos estímulos para que los sentidos identifiquen una diferencia, conocida como diferencia mínima perceptible (dmp). También hace uso de la teoría de detección de señales para comprender los procesos que permiten diferenciar un estímulo del resto de información en el ambiente, llamada ruido, porque ese proceso falla en ocasiones (vemos algo que no existe, escuchamos un sonido que no se ha producido, etc.) y cuales son las implicaciones de esos errores.[2]

Percepción[editar]

La percepción es el ambito no activo mediante el cual los organismos interpretan las señales sensoriales, organizándolas y dándoles significado, para modelar el mundo que los rodea. Este proceso puede ser ascendente o descendente. La percepción ascendente se da cuando las sensaciones capturadas por los sentidos son transferidas al cerebro para su integración y uso por parte de otros procesos cognitivos. La percepción descendente está guiada por los conocimientos y experiencias previas y permiten interpretar y dar sentido a los estímulos ambiguos, incompletos o poco claros.[1]

El proceso perceptivo incluye varias etapas, que inician con la sensación de los estímulos (descrita anteriormente), su transmisión al cerebro y su procesamiento para dar lugar a la experiencia de haber recibido el estímulo. Continua con la clasificación de las percepciones en categorías concretas para dotarlas de significado y termina con la respuesta, que incluye las actividades motoras que realizan los individuos como resultado de la misma. El proceso no es aislado e involucra múltiples componentes y otros procesos cognitivos (por ejemplo, el lenguaje se verá involucrado si la reacción al estímulo es una respuesta hablada, la inteligencia participará para determinar la mejor respuesta ante ese estímulo concreto, etc.)[1] a percepción es uno de los temas inaugurales de la psicología como ciencia y ha sido objeto de diferentes intentos de explicación. Existe consenso científico en considerar al movimiento Gestalt como uno de los esfuerzos más sistemáticos y fecundos en la producción de sus principios explicativos.

El movimiento Gestalt, nació en Alemania bajo la autoría de los investigadores Wertheimer, Koffka y Kóhler, durante las primeras decadas del siglo XX. Estos autores consideran la percepción como el proceso fundamental de la actividad mental, y suponen que las demás actividades psicológicas como el aprendizaje, la memoria, el pensamiento, entre otros, dependen del adecuado funcionamiento del proceso de organización perceptual.

El contexto histórico dentro del cual se desarrollan sus estudios tiene un importante significado para la comprensión de sus aportes.

En los comienzos del siglo XX la fisiología había alcanzado un lugar importante dentro de la explicación psicológica. Suponía que todo hecho psíquico se encontraba precedido y acompañado por un determinado tipo de actividad orgánica. La percepción era entendida como el resultado de procesos corporales como la actividad sensorial. El énfasis investigativo se ubicó en la caracterización de los canales sensoriales de la visión, el tacto, el gusto, la audición, etc. La psicofisiología definía la percepción como una actividad cerebral de complejidad creciente impulsada por la transformación de un órgano sensorial específico, como la visión o el tacto.

Atención[editar]

El entorno de los organismos es complejo y envía gran cantidad de información que es capturada por los órganos sensoriales y transmitida al cerebro. Sin embargo, los individuos no son capaces de procesar toda esa información y normalmente solo les interesa una pequeña fracción. La atención es el proceso cognitivo que busca y selecciona los estímulos que son de interés, tanto externos como internos, y permite concentrarse en ellos, ignorando el resto de la información. Se suele analizar como compuesta de tres tipos de procesos distintos: selectivos, de distribución y de mantenimiento. Los procesos selectivos se activan cuando es necesario enfocarse en un estímulo determinado e ignorar los demás. Los procesos de distribución le permiten al individuo atender múltiples estímulos de forma simultánea. Finalmente, los procesos de mantenimiento se activan cuando es necesario mantener la atención en ciertos estímulos de forma prolongada. Todos estos tipos de procesos atencionales se consideran organizados en tres etapas generales: la captación de la atención (cuando se producen cambios en el ambiente o iniciamos una tarea), el mantenimiento de la atención y finalmente el cese atencional cuando dejamos de concentrarnos en un estímulo.[1]

La atención es una función básica indispensable para el correcto funcionamiento de otros procesos cognitivos y las alteraciones en su funcionamiento suelen alterar gravemente la vida diaria de las personas que las sufren. Algunas de las patologías relacionadas con problemas de atención incluyen la heminegligencia y los trastornos por déficit de atención. Las alteraciones atencionales no son necesariamente la causa de otros trastornos psicológicos como la esquizofrenia, los trastornos de estados de ánimo, los trastornos de ansiedad y los trastornos obsesivo-compulsivos, pero si son componentes frecuentes en los síntomas que estas generan.[1]

Memoria[editar]

La memoria es el proceso cognitivo que le permite a los individuos almacenar la información que reciben del ambiente a la que han prestado atención y usarla para realizar otros procesos cognitivos, ya sea de inmediato o posteriormente. Este proceso consiste en tres etapas principales: la codificación para introducir información en la memoria, el almacenamiento para conservar la información y la recuperación para usarla posteriormente. Desde un punto de vista funcional se pueden identificar tres tipos diferentes de memoria: sensorial, de corto plazo y de largo plazo. La memoria sensorial es un almacén temporal que registra la información proporcionada por los sentidos. Es de muy corto plazo (la información se almacena solo unos cuantos segundos) y solo la parte de la información de esta memoria que recibe atención se traslada a la memoria de corto plazo. La memoria de corto plazo contiene la información de la que el individuo es consciente, es fácilmente accesible, tiene una duración aproximada de 20 segundos y sufre procesamiento adicional por otros procesos cognitivos antes de trasladarse a la memoria de largo plazo.

Finalmente, la memoria de largo plazo es el mayor depósito de información del cerebro y conserva todos los datos disponibles al individuo. Esta memoria está compuesta de al menos dos mecanismos de almacenamiento diferentes: la memoria explícita para la información que recordamos conscientemente y la memoria implícita para la información inconsciente. La información incosciente es la que usamos para las actividades que realizamos automáticamente debido a la repetición, como los movimientos al practicar un deporte.[2] Se cree que el sueño mejora la consolidación de la información y posiblemente también está relacionada con los sentimientos de Deja Vu.

Motivación[editar]

La motivación se refiere al conjunto de procesos que dan energía y dirección al comportamiento. Una conducta con energía es un comportamiento fuerte, intenso y persistente. La dirección se refiere al propósito de la conducta. Significa que esta está guiada hacia el logro de un objetivo específico. Estos procesos o motivaciones se pueden clasificar en internos si son generados por el individuo mismo o externos si son disparados por eventos ambientales, sociales o culturales.[4]

El término «motivaciones internas» es un concepto que agrupa tanto a las necesidades como a las cogniciones y a las emociones. Las necesidades son condiciones indispensables para conservar la vida y pueden ser fisiológicas como el hambre y la sed, psicológicas como la autodeterminación y la competencia o sociales como la afiliación y el reconocimiento. Las cogniciones son sucesos mentales como pensamientos y creencias y las emociones son fenómenos de corta duración que ayudan a adaptarse a los eventos del medio ambiente. Las motivaciones externas son sucesos ambientales que cambian la disposición del individuo a hacer ciertas cosas. Los estímulos como el dinero y las características del entorno como el clima son ejemplos de motivaciones externas.[4]

Emoción[editar]

Las emociones son reacciones afectivas de corta duración a estímulos significativos del medio ambiente que ayudan al individuo a adaptarse al entorno en que se encuentra.[4] Generan cambios sustanciales en los organismos en periodos de tiempo relativamente cortos, que incluyen la activación de mecanismos fisiológicos apropiados para la situación, la realización de conductas expresivas acordes con el tipo de emoción y la generación de una respuesta subjetiva que consiste en la racionalización de la emoción y que incluye el juicio y evaluación de la situación.[1]

Actualmente no existe acuerdo sobre la lista precisa de emociones que experimentan las personas y otros seres vivos en general. Sin embargo es frecuente el uso del concepto de «emociones básicas» para referirse a un conjunto en particular de emociones que son más innatas que adquiridas, surgen de las mismas circunstancias para todos los individuos, generan una respuesta fisiológica específica y fácil de predecir y se expresan de formas únicas y distintivas. Las emociones más frecuentemente consideradas en este grupo incluyen la alegría, el asco, la tristeza, el enojo, el temor y el interés.[4] El resto de las emociones se suele considerar como resultado de la combinación de estas emociones básicas.[1]

Resumen de la lección[editar]

  • La sensación es el proceso de capturar información a través de los sentidos y transmitirla al cerebro.
  • La percepción se encarga de interpretar las señales sensoriales y de darles sentido.
  • La atención le permite al individuo escoger los estímulos relevantes.
  • La memoria consiste en un conjunto de procesos para codificar, almacenar y recuperar información.
  • Las motivaciones son los procesos que le dan energía y propósito a las actuaciones de un individuo.
  • Las emociones son reacciones afectivas de corta duración que le permiten al individuo adaptarse al medio y reaccionar adecuadamente ante las situaciones que se le presentan.

Términos clave[editar]

Lecturas adicionales[editar]

Bibliografía[editar]

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 1,6 Díaz Méndez, Darío; Latorre Postigo, José Miguel, eds. (2015). Psicología médica (1.ª edición). Barcelona, España: Elsevier España, S.L. p. 421. ISBN 978-84-9022-481-6. 
  2. 2,0 2,1 2,2 Smith, Edward E.; Nole-Hoeksema, Susan; Fredrickson, Barbara; Loftus, Geoffrey (2003). Introduction to Psychology [Introducción a la psicología] (14.ª edición). España: Thomson Editores Spain Paraninfo S.A. p. 720. ISBN 84-9732-197-9. 
  3. Groome, David (2014). An introduction to Cognitive Psychology. Processes and disorders (en inglés) (3.ª edición). Londres, Reino Unido: Psychology Press. p. 463. ISBN 978-184-87-2092-3. 
  4. 4,0 4,1 4,2 4,3 Reeve, Johnmarshall (2010). Understanding motivation and emotion [Motivación y emoción] (5.ª edición). México, D.F., México: McGrawHill. p. 416. ISBN 978-607-15-0300-8. 


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